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EL PODER DE LA MENTE

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El poder de la mente

Qué hacer cuando dejas de confiar en ti mismo

¿Nada te sale bien? ¿Te da tanto miedo fracasar de nuevo, desilusionarte o meter la pata? ¿Has dejado de confiar en ti?

No te subestimes más, coge aire y reformula todas esas ideas distorsionadas que apagan tus valías y digo en plural porque seguro que tienes más de una.

La falta de confianza en nosotros mismos es como una espina que, una vez se clava, cuesta mucho retirarla.

La manera en que nos sentimos con nosotros mismos define todo lo que nos rodea, incluidas las metas que alcanzamos.

Sin ella, sin la magia de la autoconfianza, cada sueño se nos escapa de las manos y el mundo entero tiembla bajo nuestros pies.

Dudamos de nuestras decisiones, nuestras relaciones y hasta de nuestra capacidad para enfrentar las dificultades.

Si nos inciden en la importancia de cuidar y salvaguardar cada día la autoestima, no podemos olvidarnos de la autoconfianza.

Esta competencia no define nuestra capacidad para tener éxito en todos los ámbitos de la vida.

Hace referencia a la seguridad de que, ante cualquier reto, desafío o circunstancias, daremos lo mejor de nosotros mismos.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando esa valía extraordinaria no está o se debilita?

¿Cuándo fue la última vez que te dijiste eso de “mejor lo dejo porque voy a fracasar”?

Quizás…no hace mucho.

Es cierto que una retirada a tiempo es un ejercicio de valentía.

Sin embargo, cuidado, porque si empezamos a dar un paso atrás en cada tarea que iniciamos, es que algo pasa.

Lo analizamos.

La confianza en nosotros mismos es la que nos permite escalar cualquier dificultad.

Cuidado, dejas de confiar en ti mismo, todo se viene abajo

En 1971, Abraham Maslow padre de la Psicología Humanista publicó el libro Los confines más lejanos de la naturaleza humana

En este trabajo explicaba que en cada uno de nosotros hay un potencial innato para la autorrealización.

Sin embargo, no todos lo alcanzamos a causa de lo que definió como complejo de Jonás.

El Complejo de Jonás se inspira en la figura bíblica de Jonás, un hombre que fue comerciante e intentó resistirse a la llamada de Dios para cumplir una misión importante.

Su destino era convertirse en profeta, sin embargo su primera reacción fue la huida, por miedo a no estar a la altura.

La explicación de Maslow al complejo de Jonás es que al igual que tememos lo peor de nosotros, también tememos a lo mejor, tememos a nuestras máximas posibilidades.

Nos asusta llegar a ser aquello que imaginamos,

Es decir, a pesar de saber que disponemos de valías y competencias, no nos atrevemos a ponerlas en prácticas por inseguridad o miedo al fracaso.

Ahora bien, Maslow también debió tener en cuenta otro factor que determina esa realidad en la que uno deja de confiar en sí mismo.

A veces, el entorno actúa cortando nuestras alas, lastrando nuestra autoestima y autoconfianza.

La crianza, la educación e incluso ciertas relaciones de pareja pueden hacer que dudemos lo indecible de nosotros mismos.

A ello se le añade otro hecho.

Hay épocas en las que todo se tuerce, los fracasos se concatenan y al final, las decepciones son tan profundas que se esfuma la autoconfianza.

Si bien es cierto que todos podemos lidiar en algún momento con esta experiencia, hay que tener cuidado.

Porque quien lucha cada día por confiar en sí mismo sufre mayores cuotas de ansiedad y sufrimiento psicológico.

Las consecuencias del desgaste de esta valía psicológica son inmensas.

Sentimientos que surgen con la autodesconfianza

Sin embargo la primera sensación que emerge cuando dejas de confiar en ti mismo es la indignidad.

Dejas de sentirte válido en casi cualquier área de tu existencia: la laboral, la emocional y hasta la social.

Es más, es común que quien no confía en su propia persona, tampoco lo hace en los demás.

Dudas de ti en cada cosa que haces, intentas o piensas.

Te sientes en inferioridad. Es frecuente compararse con todos los que nos rodean y sentirnos siempre en desventaja.

Aparecen la apatía, el desánimo y la incapacidad de disfrutar. También se apagan las ganas por marcarnos nuevos propósitos.

Pierdes esa imagen positiva que se tiene del propio yo, esa que te empuja hacia el logro de metas y objetivos.

Cuando esto falla, dejas de sentirte completo y pleno, conectado con lo que te rodea.

La exigencia excesiva y el miedo al fracaso pueden hacer también que perdamos la confianza en nosotros mismos.

Debemos aceptar que en la vida también es necesario aceptar los errores sin que ello ponga en duda nuestras valías y potenciales.

Necesitamos reconstruir la confianza en nosotros mismos para seguir adelante y siendo capaces también de aceptar los errores que puedan surgir.

¿Qué hacer para recuperar la autoconfianza?

Recuperar la autoconfianza es tan importante como obtener oxígeno, como hallar esa fuerza vital con la que reiniciarnos.

Sin este elemento psicológico todo se desdibuja y estamos en riesgo de derivar en algún trastorno psicológico.

La depresión, por ejemplo, se edifica en ese sustrato en el que la autoestima está ausente y uno de deja de confiar en sus valías, en sus potenciales y fortalezas.

No nos dejemos caer. Evitémoslo.

Estas son algunas claves en las que deberíamos reflexionar.

1. Sana lo que te ha hecho dejar de confiar en ti mismo

¿Qué ha hecho que pierdas la confianza en ti?

Dimensiones como el acoso laboral, el desempleo de larga duración, la autoexigencia, las relaciones dañinas o una concatenación de fracasos, suelen estar detrás de esta realidad.

A veces, hacer un acto de introspección y detectar qué ha opacado nuestras valías y confianzas nos permitirá actuar ante esa realidad.

Encuentra la causa y tendrás medio problema resuelto

Clarifica a su vez qué necesitas para sentirte mejor contigo mismo. Tener apoyo social, hacer un cambio en tu vida o marcarte metas más sencillas y realistas, pueden ser de ayuda.

2. Desafía a tu crítico interno

¿Qué te susurra cada día tu crítico interno?

Haz un registro, sé consciente de esa voz interna que pone en duda lo que vales y que te alimenta de desconfianzas.

No le des validez, racionaliza lo que te dices a ti mismo y desafía toda devaluación dándole la vuelta: Cambia el imposible por POSIBLE. El no puedo por SI PUEDO.

3. Acepta que la vida también va de saber fracasar

Deja a un lado la necesidad de ser perfecto, de hacerlo todo bien, de ser el mejor en cada área de tu vida. La vida también exige que asumamos nuestros errores y fracasos, y esto no tiene por qué poner en jaque nuestra autoconfianza.

Tenemos valías para aprender de los errores y superarnos en cada aprendizaje obtenido.

4. Que el arrepentimiento no te impida vivir

Si has fracasado en algo, no dejes que el arrepentimiento ponga cadenas a tus ganas de vivir.

Si te has equivocado, si tus planes se han venido abajo, no te estanques en el desánimo.

y recupera la confianza en ti para seguir conquistando sueños.

No dejes que la culpa o la vergüenza por haber errado apaguen tus esperanzas.

Te queda mucho por conquistar y tienes un gran potencial para lograr buena parte de lo que deseas.

El poder de la mente, aprendiendo técnicas de la PNL

La programación neurolingüística (PNL) es una técnica pseudocientífica​ de comunicación, desarrollo personal y psicoterapia, creada por Richard Bandler, John Grinder y Frank Pucelik en la década de 1970. 

Se trata de un modelo de comunicación que se centra en identificar y usar modelos de pensamiento que influyan sobre el comportamiento de una persona como una manera de mejorar la calidad y la efectividad de la vida.

Posiblemente hayas oído hablar en alguna ocasión sobre la PNL o Programación Neurolingüística como una práctica de desarrollo o excelencia personal, y así es.

Una definición más exacta sería, un conjunto de técnicas destinadas a analizar, codificar y modificar creencias y conductas por medio del estudio del lenguaje, tanto verbal como gestual y corporal.

Hoy vamos a descubrir las estrategias transformadoras de la PNL y por qué tiene tanto éxito.

Se llama “programación” porque se trata de un plan de acción o conjunto de operaciones que buscan un objetivo concreto,

“neuro” porque estudia los procesos ocurren en el mismo sistema nervioso, y “lingüística”

ya que para ello usamos el lenguaje (verbal y no verbal).

El método de la PNL

Una de las bases de la PNL es la evidencia de que cada uno de nosotros construimos diferentes representaciones de la realidad a la que agregamos nuestras emociones y procesos del lenguaje.

Al modificar nuestras creencias y emociones, nuestra forma de expresarnos, también podemos cambiar la percepción de la realidad y la autoimagen que disponemos de nosotros mismos.

Por otro lado, la Programación Neurolingüística asegura que memoria e imaginación utilizan los mismos circuitos neurológicos y tienen, de esta forma, el mismo impacto en el ser humano.

1. Submodalidades o estilos de aprendizaje

Las submodalidades son variantes de los sistemas de representación, es decir, de la manera en la que nuestro cerebro codifica y clasifica una experiencia.

Existen tres tipos: visuales (color, distancia, profundidad, claridad, contraste y luminosidad), auditivas (volumen, tono, ritmo y pausas) y kinestésicas (temperatura, vibración, textura, presión, movimiento y peso).

Todos estos matices nos servirían para, a través de la imaginación, poder cambiar las características de los recuerdos que hemos editado como una película de nuestra vida y modificar así, por ejemplo, la memoria de una infancia infeliz

Otra manera de aplicarlas sería mediante la “disociación”.

Nos trasladamos al momento en el que vivimos una experiencia desagradable, sentimos el tacto que tenía un objeto o vemos lo que estaba sucediendo, para después disociarnos, salir de la situación y mirarla como si estuviéramos fuera de ella, observándonos a nosotros mismos.

Para la PNL, el objetivo de disociar es quitar el poder emocional a la vivencia que hemos experimentado.

Así, la experiencia pierde fuerza, se desvincula del sufrimiento e incluso se puede asociar a un momento placentero.

2. Técnica de anclaje

En el proceso de la técnica de anclaje, un estímulo externo o “ancla” se asocia con una conducta positiva que se desee adquirir.

Las anclas pueden ser palabras, gestos, olores o colores que nos transporten a un estado mental positivo.

Un ejemplo de este anclaje sería asociar el gesto de tocarse la oreja con sentirse bien para que, en momentos de crisis o dificultades, con ese pequeño gesto, pudiéramos recuperar el bienestar y sentirnos mejor.

3. Reencuadre

El reencuadre, en PNL, consiste en modificar el marco de referencia en el que una persona vive la situación para cambiar su significado y, por lo tanto, el estado emocional y la conducta que en principio lo acompañaban.

Es ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, encontrar una arista inesperada en la situación que consigue revertir su impacto y positivizarlo.

4. Calibración

Esta estrategia consiste en reconocer el estado mental del individuo a través de su comportamiento verbal y no verbal, es decir, si está triste, enfadado o incluso si está mintiendo.

Fijándonos en su comportamiento podremos conocer mejor al otro y ayudarle en su proceso de cambio.

5. Modelaje

Con el modelaje se llega a determinar cómo actuaron otras personas para lograr el éxito en algún área de su vida y poder imitarlas.

Con la técnica del modelaje lo que se intenta es la creación de una representación lo más fiel posible de otra persona, sobre todo de sus comportamientos para poder conseguir algo.

6. Inducción

Con la técnica de la inducción, se guía a las personas hacia ciertos estados emocionales para modificar situaciones dolorosas.

Ya sea inducir sensaciones de malestar que concuerden con la experiencia que vivieron o sensaciones placenteras para poder afrontar sus miedos y preocupaciones en relación con dichas situaciones.

7. Sincronización

La sincronización sería como una empatía profunda, mediante la cual se comprenden los sentimientos ajenos hasta crear una fuerte vinculación entre el nivel consciente e inconsciente del interlocutor.

Esta técnica sirve para optimizar las comunicaciones interpersonales.

8. Relajación

Por último, la PNL considera la relajación una herramienta eficaz para aliviar tensiones, ampliar la conciencia y liberar el espíritu. Relajarnos siempre viene bien para afrontar nuestro día a día.

La eficacia de las estrategias transformadoras de la PNL

Lo positivo de las estrategias transformadoras de la PNL es que gozan de una gran eficacia.

Por eso, este tipo de terapia es tan utilizada en la actualidad.

Es importante mencionar que las estrategias anteriormente mencionadas no se aplicarán en su conjunto en todos los casos. ¿Qué quiere decir esto? Que va a depender del profesional la incidencia en unas más que en otras.

Con estas estrategias, la PNL persigue una transformación personal que eleve la autoestima, incremente la capacidad creativa y nos ayude a expresarnos de manera más satisfactoria mejorando las relaciones con los demás.

-John Grinder- lo define así:

“La PNL es un conjunto de modelos, habilidades y técnicas para pensar y actuar de forma efectiva en el mundo. El propósito de la PNL es ser útil, incrementar las opciones y mejorar la calidad de vida”.

La técnica del anclaje es sin duda una de las claves de la PNL más representativas de esta estrategia psicoterapéutica del crecimiento personal.

Se basa en algo muy concreto: un anclaje es una conexión entre un estímulo y un estado emocional.

Nuestro propósito en este caso es lograr un estado anímico adecuado además de poderoso con el que realizar con éxito una tarea en concreto o afrontar una situación determinada.

Por ejemplo, pensemos en esas situaciones que se caracterizan por generarnos ansiedad o inseguridad: los exámenes, hablar en público, acercarnos a esa persona que tanto nos atrae…

Si somos capaces de evocar, de poner en funcionamiento un estado mental muy concreto, hallaremos el impulso y la seguridad suficiente para salir airosos (y con éxito) de estos momentos tan comunes.

Estos serían unos pasos simples para lograr un anclaje basado en las claves de la PNL:

Identificaremos primero lo que deseamos sentir: confianza, felicidad, tranquilidad…

Ahora intentaremos recordar un momento de nuestra vida en que sentimos esas emociones positivas con gran intensidad.

Céntrate en ese recuerdo y “recorta” dicha imagen, hazla tuya, tenla presente de forma vívida.

Ahora debemos elegir una frase que nos sirva de anclaje, “yo estoy en paz” o “serenidad”, o “todo va a ir bien”….

La estrategia está en repetir esta secuencia (emoción deseada, recuerdo, visualización, palabra de anclaje) de forma diaria hasta que quede integrada en nuestra mente.

De este modo, poco a poco se automatizará el anclaje cada vez que lo necesitemos.

Estamos seguros de que estas claves de la PNL habrán despertado la curiosidad de más de uno en ese amplio y siempre sugerente universo que es la programación neurolingüística.

Si es así, cabe decir que es un enfoque que está a nuestro alcance, forma parte del movimiento que pone énfasis en nuestro enorme potencial como seres humanos, iniciado en los años 70, y que ha venido consolidándose con el paso de los años.

A nuestro alcance tenemos libros como “Introducción a la PNL” o “El poder de la palabra”, trabajos ambos muy completos donde podemos profundizar mucho más, y sin duda, aprender nuevas estrategias para transformar nuestra vida.

Si a pesar de todos estos consejos crees que no puedes ser capaz de cambiar tu forma de pensar y de actuar, los psicólogos pueden enseñarte a remodelar esta actitud a través de sus terapias.

Ser positivo en la vida es esencial para poder evolucionar hacia tu mejor cara.

Aunque pueda parecer muy difícil, la realidad es que tener una actitud positiva sólo requiere tiempo, esfuerzo y mucha fuerza de voluntad.

Como ya hemos visto una persona positiva tiene muchas más ventajas que aquellos individuos que tienen una mentalidad más negativa ante la vida.

Para poder dejar atrás los pensamientos negativos y saber inculcar ideas positivas en tu mente, los psicólogos recomiendan lo siguiente.

1. Cambia de influencia

A veces no podemos desarrollar actitudes positivas debido a que las personas que nos rodean son tóxicas o nos manipulan constantemente.

En muchos casos cuando no podemos desarrollar una mentalidad positiva solemos juntarnos con personas que también sufren este tipo de inseguridades o malos hábitos en su pensamiento.

Si quieres cambiar, debes intentar ver que este no es el camino a seguir y tienes que dejar atrás estos patrones en tu forma de pensar y en tus relaciones.

2. Rompe con tus creencias limitantes

Las creencias que tenemos alrededor de nosotros mismos son las que determinan como irá nuestra vida.

 De este modo, las actitudes positivas y negativas pueden llegar a condicionar si realmente conseguiremos lo que tanto deseamos en nuestro día a día.

Por lo tanto, será esencial romper con nuestras creencias, esas que nos dicen que no podemos llegar ahí e intentar reforzar todos esos pensamientos positivos que nos llevan hacia nuestro éxito personal y profesional.

3. Cambia tu manera de pensar

Las personas suelen juzgar su vida en función de sus propios recuerdos.

Para tratar de abordar la vida desde actitudes más positivas será esencial intentar cambiar la mala perspectiva que tenemos de nuestro pasado.

Empieza de cero, concíbete como deseas ser y actúa como la persona que realmente eres.

Olvidar los errores de nuestro pasado será la clave para volver a ser positivo/a en la vida.

4. Tómate la vida con calma

Para tener una actitud positiva es esencial tomarse la vida con mucha más calma.

Por lo tanto, debes intentar establecerte pequeñas metas y afrontarlas poco a poco. La clave para poder luchar contra ello será principalmente intentar organizarte mejor y no atabalearte con mil cosas a la vez.

Poder tomarte las cosas con más calma te hará tener actitudes más positivas ante todo lo que te rodea.

5. Desarrolla tu sentido del humor

El sentido del humor es una de las claves para poder disfrutar de una buena actitud ante los acontecimientos de nuestra vida.

En muchas ocasiones podemos responder ante ciertas dificultades si conseguimos desarrollar la parte cómica de ese suceso.

Da igual si es un mal comentario o que has tropezado con la misma piedra una y otra vez, reírte será mucho mejor que tener una actitud negativa ante esos errores o trabas con las que te has topado.

6. Ejercicio físico

El ejercicio es una herramienta esencial si quieres ser positivo en la vida. En muchos casos, para desarrollar una mente positiva el deporte o moverse en tu día a día es una de las principales claves. La razón es que a través del ejercicio físico liberamos endorfinas, una hormona capaz de levantarnos el ánimo.

7. Planifica tu semana

A pesar de que parezca una tarea aburrida, la realidad es que ser organizado te evitará muchos quebraderos de cabeza.

De esta forma podrás disfrutar de todo que debas realizar sin preocuparte por no llegar a tiempo a nada. La planificación siempre debe tener momentos para descansar y estar con nosotros mismos.

8. Practica la gratitud

Uno de los mejores métodos para saber cómo tener pensamientos positivos es precisamente practicando la gratitud hacia todo lo que tenemos y nos rodea.

 De esta forma, cada vez que puedas agradece lo que eres, las personas que te rodean y todo lo que has conseguido.

Esto hará que te enfoques en aquello realmente importante y dejes atrás una actitud negativa.

9. Detén o racionaliza tus pensamientos negativos

Para tener una buena actitud ante la vida, dejar atrás los pensamientos negativos es más que fundamental.

Por ello, debes intentar visualizar aquellas ideas que rondan tu mente y te están intentando quitar la felicidad.

Cuando los detectes, pregúntate si son útiles para ti o intenta reemplazarlos por una versión

Las claves de la PNL son un modo interesante y útil de cambiar nuestra realidad, de modelar nuestra mente, nuestra forma de sentir lo que nos envuelve para percibir la vida de un modo más libre, positivo, feliz.

“La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”

-Galileo-

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