VAMPIROS EMOCIONALES
Se conoce como vampiros emocionales, o también depredadores emocionales, a esas personas que se aprovechan de las emociones positivas que tienen otras personas, para compensar la negatividad que ellas mismas tienen.
Ya hemos hablado en otra ocasión, de algunos tipos de personas tóxicas con las que te puedes encontrar.
Esas personas que son tóxicas, se les puede llamar también vampiros emocionales. Aunque existen varios tipos de vampiros emocionales que después lo comentaremos,
Teniendo en cuenta que son personas que utilizan tus emociones y que pueden llegar a agotarte, es buena idea saber cómo las puedes reconocer.
Dos elementos son característicos de los vampiros emocionales.
El principal es el tiempo, ya que para poder acercarse a la persona con la que desean crear un vínculo necesitan constancia y ganarse su confianza.
En el momento en el que gozan de su simpatía comienzan a poner en juego el segundo concepto: la proximidad.
De esta manera, comienzan a sacar provecho de los puntos sensibles del otro y emplearlos a su beneficio.
Además, puede tratarse de un amigo, un familiar o incluso tu pareja.
Cuanta más confianza y proximidad existe en la relación con un vampiro emocional, más complicado es superar y combatir los efectos negativos emocionales que nos puede generar.
Cómo actúan los vampiros emocionales
Todos, en nuestras interacciones con los demás, no sólo interactuamos con las personas; sino que lo hacemos también con sus emociones.
Sin embargo, unas veces esa interacción es positiva, y otras no lo es tanto.
Una interacción es positiva, cuando una persona cercana y querida por ti, ha alcanzado alguno de sus objetivos que le hace feliz; y tú, te alegras por ella.
En este caso, estás compartiendo con esa persona su emoción positiva y su alegría.
Por supuesto, nos apetece más estar con personas así; con las que nos cargan de positividad y con las que nos sentimos bien.
La interacción es negativa, cuando esa misma situación, es decir, cuando alguien está feliz, te produce malestar.
Ese malestar se puede traducir en envidia, rabia, tristeza,…
Te conviertes en un vampiro emocional, cuando dices a esa persona cualquier cosa que haga disminuir su felicidad.
Y al mismo tiempo, a ti te haga reducir tu malestar.
Cuando reconozcas esta actitud en una persona, es posible que estés ante un vampiro emocional.
¿Cómo reconocer a los vampiros emocionales?
Depende de cuál, ya que hay diferentes tipos de vampiros psíquicos:
Narciso: el mundo gira a su alrededor, atrae la atención a toda costa, quiere sentir la admiración de los demás.
Siempre procura reunirse en todo tipo de fiestas, él te contará los detalles de su vida en detalle y, si no escuchas con atención, te atacará.
No te dejes atrapar, no trates de satisfacer al narciso, eso te quitará toda tu energía, protege tu sensibilidad y tu autoestima.
Víctima: Vampiros energéticos
Esta clase de vampiro emocional es alguien que siempre está infeliz, dice que todos están contra él,
Son personas dependientes que buscan atención constante.
Se sienten con el derecho de tomar tu tiempo, espacio para ellos sin contar con tus ocupaciones como si ellos o ellas fueran las únicas personas a las que hay que escuchar
Y lo peor es que te contagian y te sientes cansado y sin energía como no te mantengas firme, aunque sea duro es mejor no empatizar con estas personas, aunque tengo que reconocer que muchas veces caigo en el error de empatizar con estas personas porque van buscando que sientas pena por ellas.
De hecho, él o ella no se hará nunca responsable de sus acciones y decisiones.
No te dejes engañar, ponle límites.
Controlador: dicta lo que debemos sentir, tiene una opinión sobre cada tema, él hace todo perfectamente y sabe que nadie lo hará mejor.
Sin ser invitado, con mucho gusto te dará consejos y te dirá que es lo que debes hacer.
No trates de controlarlo, establece límites, evita hacer confrontaciones sobre problemas menores, ya que de lo contrario saldrás sin energías de estas confrontaciones.
Crítico: él siempre puede detectar deficiencias en todas las cosas, personas y situaciones y las publica o comenta donde puede.
Piensa que la crítica hacia los demás es su deber sagrado.
No te defiendas, no te enojes, a veces la mejor respuesta es el silencio, otra forma de evitar a este vampiro emocional es agradecer su crítica para dejarlo desarmado.
Camaleón: en su mundo todo es blanco o negro.
Al principio, te seduce, te pone en un pedestal para luego dejarte caer.
Si se siente rechazado, te cambiará de ser su amigo al peor enemigo en un instante.
Cualquier cosa puede ofenderlo, trátalo como a un niño histérico de cinco años, con calma, con comprensión, pero con firmeza y constancia.
Si puedes, huye lejos de esta clase de vampiro.
El maltratador psicológico puede ser un hombre o mujer que comparte las siguientes características:
• Son personas controladoras y con un bajo nivel de autoestima que quieren aumentar a medida que bajan la de la otra persona a la que agreden.
• Inseguridad en sí mismo.
• Baja capacidad para gestionar sus propias emociones y de empatía hacia los demás.
• Baja tolerancia a la frustración.
• Posibles rasgos de personalidad psicopáticos (falta de compasión hacia los otros) y pueden llegar a tener creencias sobrevaloradas.
• Generalmente son amables y encantadores con la mayoría de las personas con excepción de su víctima.
• En algunos casos, ellos mismos han sido víctimas de malos tratos, aunque el hecho de haber sido maltratado no implica (ni justifica) que la persona se convierta matratador.
• Su comportamiento hacia la víctima se caracteriza por una gran variedad de amenazas (echarle de casa, macharse él/ella, llevarse a los hijos, suicidarse…), usa la ironía para dar lugar a la ambigüedad de sus actos, pone en duda la estabilidad emocional de la víctima, la intimida (malos gestos, gritos), se irrita y tiene cambios bruscos de su estado de ánimo con facilidad y constantemente culpa a la víctima de todo lo que va mal.
Cómo actuar ante el depredador emocional
A la hora de hacer frente al depredador emocional, es aconsejable que contemos con un buen apoyo social y psicológico
La víctima de un depredador emocional no siempre dispone de adecuados recursos para poder hacer frente a este comportamiento.
Así, es común que esté condicionada por completo a la personalidad del primero, que se sienta víctima de una cárcel psicológica y atrapada a su vez por el miedo.
En estos casos, además de hacer uso de adecuadas habilidades psicoemocionales, siempre es vital que contemos con apoyo social y asistencial.
Por llamativo que nos parezca, todos nosotros en algún momento, podemos caer en este tipo de vínculos tan dañinos.
No importa nuestro género, posición social o experiencia previa.
El depredador emocional habita en casi cualquier escenario.
Es más, en ocasiones tras estos comportamientos se halla un perfil narcisista, un tipo de personalidad altamente especializada en la manipulación psicológica, el chantaje y la dominación.
Saber actuar es clave en todos los casos.
Identificar al depredador emocional
Hay un primer aspecto que debemos tener en cuenta.
Debemos ser sensibles y saber reacciona a tiempo ante todo proceso de depredación emocional.
No podemos dejar de lado que esta realidad se da con excesiva frecuencia y que define un tipo de maltrato psicológico altamente común.
Para ello, hay que echar a un lado la culpa e ir abandonando la posición de tolerancia, reconociendo que esa persona con la que estamos puede presentar un posible trastorno de personalidad o, simplemente, ser alguien con un comportamiento peligroso.
Por ello, es importante comprender sus tácticas y su modo de funcionamiento contando en la medida de lo posible, con ayuda psicológica y apoyo de nuestro entorno.
Repasemos algunas características del depredador emocional
Ansía tener el control en todo momento.
Desprecia y humilla a la otra persona. En caso de que ofrezca refuerzos o actos positivos lo hará por interés personal o para conseguir algo.
Manipula la realidad, nos hace creer en todo momento que estamos equivocados o que somos ingenuos.
Se victimiza para tener el control.
Lenguaje irónico, crítico, sarcástico.
Aires grandilocuentes.
Nos castiga a menudo con la indiferencia y con la idea de cortar la relación.
Proyecta la culpa sobre nosotros.
Como curiosidad, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Innsbruck, Alemania, por los doctores Ursa Nagler y Katharina J. Reiter, el depredador emocional es muy hábil en materia de Inteligencia Emocional.
No obstante, cuidado, porque esa habilidad la utiliza para controlar a los demás.
Volviendo a cómo actuar ante el depredador emocional
Dejar de justificarse
Es importante tener este mensaje en mente cuando nos encontremos ante un depredador emocional.
Es verdad que la víctima tendrá ganas de justificarse, ya que el discurso del agresor se encuentra plagado de mentiras, pero las explicaciones y justificaciones solo conducirán a atascarse más en ese momento.
El depredador emocional utilizará todos los errores e imprecisiones que su víctima ha cometido, en su contra, aunque hayan sido con buena intención.
Por lo tanto, es mejor el silencio, ya que cualquier cosa que hagamos o digamos puede volverse en nuestra contra.
Si nos encontramos ante un momento de separación, el proceso de acoso se podrá desarrollar por teléfono o a través de mensajes.
Para ellos se recomienda si es posible cambiar de número o de correo, filtrarlos o habiendo una tercera persona que nos ayude, y sea ésta quien intervenga, ya que si es de nuevo la víctima la que responde, puede volver a sumergirse en el proceso de depredación emocional, desestabilizándose su proceso de separación e independencia.
Actuar
En la medida en que el proceso mental de separación vaya progresando, y la víctima se encuentre con fuerzas y resistente, puede cambiar de estrategia y actuar firmemente, sin temor.
La crisis permitirá que la vida de la víctima vuelva a renacer. Debemos dar por finalizado ese vínculo de manera clara y definitiva.
Resistir
Es importante saber que para resistir psicológicamente hay que contar con algún tipo de apoyo, que sea capaz de devolver a la víctima la confianza en sí misma que ha estado perdida.
Los apoyos válidos son los que se contentan por estar al lado de la víctima, disponibles cuando ésta los necesite, sin emitir juicios o dejándose engañar por los reproches y manipulaciones.
Además, es recomendable acudir a profesionales (psicólogos, psiquiatras, etc.) para que nos ayuden a reestablecer nuestro bienestar y autonomía personal, así como a recuperar nuestra confianza y hacer frente a nuestros miedos.
Intervención de la justicia en los casos más graves
Puede ocurrir que una crisis o un conflicto de este tipo solo pueda resolverse con la justicia.
Sin embargo, en estos procesos es necesario la aportación de pruebas, y es esto donde suele haber más complicaciones, porque las humillaciones, desprecios, insultos y ofensas son difíciles de demostrar, a menos que haya un tercero cuando ocurran, pudiendo ser éste la clave.
También se sugiere conservar todos los documentos escritos que puedan ser reconocidos como pruebas.
Es un proceso arduo, y lleno de incertidumbre, ya que hay muchos jueces que se muestran desconfiados.
Quizás el único medio para proteger a la víctima sea el establecimiento de unos rígidos mandamientos judiciales y la evitación de cualquier contacto entre las partes.
Siendo, finalmente asunto de la justicia la adopción de las medidas de protección más adecuadas para evitar el resurgimiento de la relación de depredación emocional.
El inconveniente más importante es que si pones en duda la forma de actuar de un vampiro emocional con personalidad negativa seguramente se justifique diciendo que solo “busca lo mejor para ti”.
Después de un tiempo cerca de esta persona, te percatarás de que constantemente su forma de expresarse se basa en críticas destructivas.
En conclusión, los vampiros emocionales son aquellas personas que se caracterizan por ser negativas, carentes de empatía y emociones positivas, y que nos tratan de hacer sentir mal como alivio de sus frustraciones y traumas.
Volví a mí y sucedió la magia
Dejé de insistir donde no había lo que buscaba
Dejé de pedir con las manos cerradas
Dejé de esperar en sillas ocupadas
Deje de poner mis expectativas en personas ocupadas
Dejé de pretender que el otro entendiera
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no querían latir al lado mío
Y entonces, magia
Magia
Volví́ a mí, como único destino posible
Volví́ a mí, como único camino disponible
Volví́ a mí, como el único reencuentro pendiente
Volví́ a mí y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua
Y me recibí́. Me acaricié. Me perdoné. Me recosté́ sobre mi hombro. Me nombré con mi propia voz. Y me encontré́. Distinto pero intacto. Me tuve otra vez. Me tengo otra vez.
Y entonces, magia.
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir
Acá́, adentro
Afuera solo están las cerraduras
Pero yo decido donde y de mí depende como
Yo decido donde…
Yo elijo como…
Yo elijo con quien…
Yo decido qué quiero…
Yo decido qué merezco…
Y la magia volvió́ a mí, porque nunca se fue, porque siempre habitó en mí, pero no me permitía verla, por rechazarme y a sí bajé a mis sombras y resucité, me abracé me acepté y seguí́ vivo.
Amándome