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¿Cómo puede ser que las heridas emocionales pasen de una generación a otra llegando, por ejemplo, a la repetición de destinos?

¿Cómo puede ser que las heridas emocionales  pasen de una generación a otra llegando, por ejemplo, a la repetición de destinos?

Entiendo que este tema puede resultar algo abstracto.

Por eso quiero compartir una breve explicación para dar respuesta a esta duda que me consultan a menudo.

Han sido muchos los psicólogos y científicos que se han interesado en estudiar este campo y, si bien las primeras investigaciones se basaban en la observación, en la actualidad, disciplinas como la epigenética y la psicogenealogía, empiezan a dar respuestas.

Aquí te dejo tres ideas clave para comprender “el por qué”:  

El inconsciente familiar transgeneracional.

El psicólogo Carl Jung es uno de los muchos que han estudiado el inconsciente familiar transgeneracional.

Es donde se almacena la información sobre sucesos, experiencias o impactos emocionales que se transmiten a través del recuerdo, de forma consciente o inconsciente, de unas personas a otras aunque no viviesen ese acontecimiento.

La transmisión genética.

La epigenética está avanzando en este campo y aportando respuestas que ayudan a comprender por qué sucede esto.

Por ejemplo, el biólogo molecular Bruce Lipton demostró que los pensamientos, creencias y emociones afectan al ADN, de modo que  las emociones crónicas o repetitivas pueden afectar a la expresión genética de la descendencia.

Las leyes sistémicas.

Además, están las leyes que rigen los sistemas como la pertenencia, los vínculos o las lealtades ciegas.

Hay dinámicas que actúan dentro de los sistemas y que contribuyen a que las situaciones, emociones o conflictos no resueltos en una generación se repitan en las posteriores hasta que se trabaja de forma consciente para salir de ese patrón.

¿Y en la práctica?

Hacer consciente esa información que, desde el inconsciente, influye en el presente y en la vida cotidiana, es el camino para conocer la historia familiar, comprender, poder sanar y seguir con una vida libre de cargas que no nos corresponden y enriquecida con los aprendizajes que nos deja la herencia emocional.

Las Constelaciones Familiares (Configuraciones Familiares) y el Genograma son unas herramientas que permiten hacer este proceso para sanar desde el amor, reconciliarnos con nuestras raíces y seguir nuestro camino.

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