Los peligros de callar lo que pensamos o sentimos
El que calla, no siempre otorga. Lo único cierto es que calla.
El resto son inferencias que realizamos según lo que más nos convenga.
Pensar que el silencio es consentimiento implica hacer caso omiso del contexto y de las señales que indican que ese callar puede ser fruto del miedo o la resignación.