Son muchas las personas que se abandonan a sí mismas, dejando a un lado sus necesidades emocionales e incluso sus valores.
Y si también tú te estás descuidando de algún modo.
Te damos una serie de pautas y de cómo ganar amor propio.
Aunque el autoabandono como tal nos parezca un concepto algo extraño, aparece con demasiada frecuencia.
Este poema de la poeta Magdalena Sánchez Blesa Lo define muy bien
No te das la importancia que mereces,
y vas dejando que la vida pase,
y para ti no hay tiempo casi nunca,
y nunca te regalas un detalle.
Y corres por la prisa de los otros,
y llegas a tu vida siempre tarde,
y va pasando el tiempo,
y va pasando,
y vas envejeciendo en el paisaje.
Y no se te pregunta por tu risa ,que se fue diluyendo con la tarde,
y siempre los demás,
y para cuándo una cita contigo en cualquier parte.
Te necesitas más de lo que piensas y nunca te detienes a escucharte,
y tienes tantas cosas que decirte,
pero no te pareces importante.
Y siempre tú después, y siempre luego.
Y siempre para ti más adelante.
Y siempre tú detrás,
y siempre nunca,
y el tiempo, que se va sin esperarte.
Queda contigo en un lugar hermoso, lleva una flor para identificarte, y cuéntate la historia de tu vida, ya verás como vas a enamorarte.
Porque no hay como tú nadie en el mundo, porque en el mundo como tú, no hay nadie.
Y siempre tú después, y siempre nunca, y vas envejeciendo en el paisaje…
¿Qué es el autoabandono y cómo saber si lo padeces tú o alguien de tu alrededor?
Esto es algo que hacemos sin darnos cuenta y aunque no siempre, suele estar relacionado con lo vivido durante nuestra infancia, por haber sido emocionalmente descuidados en la infancia, por haber crecido en una familia disfuncional, o no haber recibido la atención necesaria por los motivos que sean.
Esto suele reflejarse en una falta de confianza en uno mismo, descartamos nuestros sentimientos porque sentimos que no tienen la misma importancia que los de los demás, ocultamos parte de nosotros mismos para poder encajar.
Descuidamos nuestros intereses y metas individuales priorizando las de los demás o no respetamos nuestros propios límites por hacer feliz a otra persona.
Señales que avisan del autoabandono
Hay algunos comportamientos que son habituales en quienes tienen este problema, lo que puede ayudar a que nos sintamos identificados y comencemos a ver nuestro modo de enfrentarnos al mundo de una forma completamente diferente.
Es habitual centrarte en las necesidades de los demás mientras las tuyas no quedan satisfechas, una situación de codependencia que no solo se da en la pareja, sino en otros ámbitos de la vida.
Buscar la validación de otros para poder validarnos a nosotros mismos, evitar nuestras necesidades para no incomodar a los demás.
Pensar cosas hirientes de ti mismo, culpándote cuando no puedes alcanzar los altos estándares que te has puesto.
Cuestionarte a ti mismo, no confiando en tu intuición, tener expectativas inalcanzables y poco realistas, exigiéndonos un perfeccionismo extremo que hará que, hagamos lo que hagamos nunca sea suficiente. Reprimir tus sentimientos, ocultar parte de ti mismo o sentirte mal cuando haces algo para ti.
Dejar de hacer actividades que sabes que te gustarían, no expresar tus opiniones, no cuidar tu alimentación ni tu aspecto físico, no dormir o descansar lo suficiente, tratar de hacer demasiadas cosas a la vez -en detrimento de tu descanso.
Conformarte con poca alegría en tu vida.
Que este tipo de comportamientos tenga su base en la infancia no quiere decir que tengamos que resignarnos y aceptar que siempre será de esta manera.
¿Cómo saber que no te amas a ti mismo?
Ahora bien, muchas personas no saben identificar la falta de amor propio.
Y esto se debe a que nunca fomentaron esta dimensión durante la infancia y la adolescencia.
Sin embargo, nunca es tarde para aprender a reconocerlo.
Es por ello que, debemos reconocer algunas señales que indican que no te amas a ti mismo.
Cuestionas los halagos que otras personas dicen sobre ti. Sientes que los halagos que te hacen son exagerados o son una broma. No te crees merecedor de los elogios.
Nunca defiendes tu punto de vista ante los demás.
Esto sucede por dos razones: no quieres generar tensiones con la otra persona o no quieres ser rechazado por dar a conocer tu opinión, y más si esta se opone a lo que los demás piensan.
Estás a la defensiva. Te tomas cualquier opinión o comentarios como un ataque personal. Sientes que los demás quieren hacerte daño y por eso reaccionas a la defensiva.
Te comparas con los demás. Te mides frente a los otros y siempre sales perdiendo tú.
Te sientes por debajo, insuficiente, defectuoso. Esto provoca en ti sentimientos de inferioridad o de envidia; deseas ser como los demás, no como tú eres.
Le atribuyes a la suerte tus logros. Cuando evalúas tus logros, dejas de lado tu valor, esfuerzo y capacidad, y solo te centras en cómo las circunstancias te favorecieron.
Piensas que no has sido tú el artífice de tu éxito, sino la suerte que has tenido.
Dudas de ti mismo. La inseguridad que tienes te lleva a dudar de todo lo que haces. El miedo a fallar y a no ser suficiente es clásico en ti.
Tienes pensamientos negativos recurrentes. Piensas que todo te saldrá mal, que no eres competente, bueno, suficiente y que nadie te quiere.
Te juzgas con frecuencia. En todo momento te juzgas de manera negativa y te autocastigas por las cosas que no te salen bien.
Entender y localizar el problema nos ayudará a cambiarlo, aprendiendo a querernos y empezando a hacer cosas por nosotros mismos.
Contar con ayuda externa es clave, tanto de nuestros seres queridos como de profesionales especializados, buscar ayuda puede ser el primer paso para una vida mejor.
Querernos y cuidarnos es indispensable, sobre todo para sentirnos bien con nosotros mismos, pero, como decimos, esto no siempre es fácil.
Sacar un poco de tiempo para hacer cosas que nos gustan, apuntarnos a una clase de yoga o dedicar unos minutos a la meditación; pero también ir al cine a ver una película que nos llama la atención o sencillamente quedarnos en casa dándonos un baño relajante si es lo que nos pide el cuerpo.
Cómo aumentar el amor propio
El amor propio, más que una acción, es un estado mental y emocional que nos impulsa a sentirnos bien con nosotros mismos y a establecer relaciones más sanas.
El amor propio es ese músculo que deberías ejercitar a la perfección en cada momento.
Pues influye en la forma en que te relacionas con los demás, en la imagen que proyectas al mundo y en el modo en que haces frente a los problemas.
Sin embargo, muchos desconocen la importancia de aumentar el amor propio para garantizar el propio bienestar.
El destello del amor propio garantiza, por ejemplo, que elijas mejor a las personas que conforman tu vida. Implica además que puedas enfrentarte con mejores recursos a cualquier desafío, sea grande o pequeño.
El amor propio es, por así decirlo, un estado de aprecio que va surgiendo a medida que haces cosas por ti.
A medida, por ejemplo, que inviertes en tu desarrollo psicológico, emocional y espiritual. Es una dimensión dinámica que te permite madurar en fortalezas y en calidad de vida.
«Hasta que no te valores a ti mismo, no valorarás tu tiempo. Hasta que no valores tu tiempo, no harás nada con él».
~ M. Scott Peck ~
¿Qué es el amor propio?
El amor propio no se trata solo de sentirse bien.
No es algo que puede lograrse solamente cuidando la imagen, compartiendo tiempo de calidad con los seres queridos, disfrutando en soledad de actividades que te gusten o a través de lecturas inspiradoras.
A pesar de lo gratificante que estas y otras cosas puedan ser, el amor propio no solo es esto.
Define ante todo la capacidad para apreciar lo que haces y valorar lo que eres. Son dimensiones que, a menudo, se ven vulneradas como efecto de una mala crianza y una educación autoritaria o marcada por la indiferencia.
El amor propio es un estado que no admite dudas, épocas de debilidad o menos aún situar su destello en bolsillos ajenos para perder así tu dignidad.
Este tendón de Aquiles psíquico exige cuidados y se fortalece mediante acciones que te hacen madurar: cuando actúas, por ejemplo, de manera inteligente y cuidas tus intereses y valores; cuando empiezas a aceptar tus debilidades y fortalezas y tienes menos necesidad de explicar tus carencias.
Estás a su vez ante un estado que te hace sentir compasión por ti como ser humano y te empuja a luchar por encontrar un significado personal.
Gracias a ello, estás más centrado en tu propósito y en tus valores, los mismos que esperas cumplir a través de tus propios esfuerzos.
«Ámate a ti mismo primero y todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo, para conseguir hacer algo en este mundo».
~ Lucille Ball ~
Pasos para aumentar el amor propio
1. Permanece atento y consciente
Las personas que se aman a sí mismas tienden a saber lo que piensan, sienten y desean. Ellas son conscientes de lo que son, lo ponen en práctica y no actúan en función de lo que otros quieren para ellos.
Para aumentar el amor propio observa lo que sientes, aquello que brota en tu interior, esa voz que te dice lo que amas. Estar atento y ser consciente es necesario para que identifiques cómo estás, qué estás necesitando y qué puedes hacer por ti para amarte más.
2. Actúa en función de tus necesidades, no de tus deseos
El amor no es la satisfacción continua de lo que se desea, sino la facilitación de lo que se necesita. Para aumentar tu amor propio debes enfocarte en tus necesidades y alejarte de todo aquello que te daña y que te genera problemas. Vive en función de lo que necesitas, no de lo que deseas.
Darle prioridad a lo que necesitas y no a lo que deseas no quiere decir que no puedas cumplirte un capricho de vez en cuando. De lo que se trata es de no convertir la satisfacción de los deseos en el eje central de tu existencia. Tienes que darle a cada cosa el lugar que le corresponde.
3. Practica un buen cuidado personal
Una manera de aumentar el amor propio es cuidar más de tus necesidades básicas. Las personas que se aman a sí mismas se cuidan a través de actividades saludables: buena alimentación, ejercicio, buen sueño, intimidad e interacciones sociales saludables.
No dudes, por tanto, en dedicarte el tiempo que mereces, no tengas miedo de priorizarte. Porque el amor propio no es egoísmo, es un ejercicio de salud para el propio equilibrio físico, mental y emocional.
4. Establece límites
Amarte a ti mismo exige también armarse de valor para poner límites.
No creas que los límites son solo para las demás personas, también aplican para ti. Decirte «no» frente a aquello que te daña es una muestra de aprecio por ti, por tu bienestar.
Por ende, para aumentar el amor hacia ti mismo, empieza por trazar bien los límites que no debes sobrepasar. Al principio es posible que te cueste mucho, pero con el tiempo se volverá más sencillo.
Profundiza: Ponernos límites también es parte del amor propio
5. Protégete de las personas tóxicas
Alejarse y protegerse de las personas tóxicas, aquellas que te impiden crecer y nublan tu bienestar, es un paso necesario en el camino del amor propio. Por lo tanto, identifica quienes no te permiten desarrollarte y busca la forma de mantener la distancia con ellos.
Amor propio es también que te sepas desenvolver en situaciones difíciles y que sepas imponer tus derechos y necesidades, sin agredir al otro, aunque consideres que sea tóxico.
6. Relaciónate con personas que te amen
El punto anterior nos lleva a esta recomendación: rodéate de personas que te traten bien. Aunque no lo creas, algo tan básico como esto termina convirtiéndose en una de las cosas más complicadas de hacer porque te resistes a dejar la zona de confort que has creado con las personas tóxicas.
Con el amor propio sucede igual que cuando amas a alguien, intentas demostrarle tu cariño y buscas siempre lo mejor para el otro. Bueno, eso debes hacer contigo, busca lo mejor para ti y date el regalo de estar rodeado de personas que te sumen, de personas que te hagan sentirte valorado y apreciado.
7. Perdónate a ti mismo
Ser responsables de tus acciones no implica que tengas que castigarte por ellas eternamente.
Las personas que se aman a sí mismas aprenden de sus errores, aceptan su humanidad y se perdonan. El paso que darás al dar forma a ese necesitado perdón se traduce en una sola palabra: libertad.
8. Escucha tu voz interior
¿De qué manera te hablas? ¿Qué te dices cuando fracasas? Cuando las cosas no marchan como esperabas, ¿cómo te tratas? Tómate el tiempo de pensar cómo es ese diálogo que mantienes contigo, ¿es amable, cordial, cariñosos, compasivo?, o ¿es agresivo, intolerante, exigente, acusador?
Para empezar a subir ese amor propio tienes que empezar a hacer cambios en la manera de hablarte. Si descubres que tu diálogo es siempre humillante, degradante, triste o negativo, procura convertirlo en uno más positivo, compasivo y bondadoso. Háblate tal como le hablarías al amor de tu vida.
Pero, ten cuidado, no se trata de vivir en un ilusorio positivismo ni de luchar para erradicar las nubes grises del paisaje mental. Se trata más bien de generar un diálogo alternativo que te permita relacionarte con ese lado poco amable desde un lugar de compasión y ternura.
9. Concéntrate en las cosas buenas
Así como te ocurren cosas malas, así mismo te ocurren cosas buenas. La cuestión es, ¿en cuáles centras más tu vida? ¿Cuáles te definen? Una manera de incrementar el amor propio es ver esas cosas buenas que te pasan y eso que haces para que a los demás también les sucedan cosas agradables.
Ver ambas caras de la moneda del bien (lo que te pasa y lo que haces por otros) es una manera de llenarte de emociones agradables, no solo por la vida en sí, sino también por tu existencia. Sentirte bien contigo por lo que haces y por lo que te sucede es clave para que puedas gozar de ese amor que tanto buscas en ti.
10. Vive con intención
Para aceptarte y amarte más, siendo consciente de lo que sucede en tu vida, es bueno que tengas al menos un propósito.
Siempre y cuando tu intención sea vivir una vida significativa y saludable, entonces debes tomar las decisiones adecuadas para lograrlo.
Esto te permitirá estar bien contigo cuando tengas éxito en este objetivo. Descubrirás que puedes quererte mucho más si logras lo que te propusiste hacer. Por eso, es necesario que establezcas tus intenciones de vida.
11. Acepta que hay cosas que no puedes controlar
Una forma de socavar el amor propio es permitir que todo aquello que no depende de ti, y que no puedes controlar, afecte la relación que mantienes contigo. Por eso, una manera de restaurar, mejorar y aumentar tu amor propio es aceptar que no puedes controlar todo y que hay cosas que se escapan de tus manos.
Por ejemplo, no puedes controlar las acciones de los demás, la incertidumbre del futuro, la economía de la sociedad en la que vives, o la opinión que tienen los demás sobre ti. Si esa fue tu pretensión, ya es hora de que la cambies.
Por tanto, para aumentar el amor propio, lo ideal es que empieces a aceptar que no todo puede ajustarse a lo que tú esperas. Y eso está bien. De hecho, lo bonito que tiene la vida está en su capacidad para sorprendernos. Así que, suéltate un poco y deja que te sorprenda.
12. Hazte cumplidos cada día
Aprende a halagarte cada día, reconoce tus logros por más pequeños que sean y valora el esfuerzo que le destinas a cada objetivo así no lo hayas alcanzado. No esperes que otro venga a hacerlo por ti.
13. Haz aquello que te hace sentir bien
Dedícate tiempo de calidad para aumentar tu amor propio. No te dediques solo a entretenerte de manera pasiva ante una pantalla, procura divertirte haciendo cosas activas que te llenen. Consiéntete con esas cositas que tanto te gustan.
Siéntate un rato a escribir una lista de cosas que te guste hacer y piensa cómo puedes incluirlas en tu cotidianidad. En caso de que por cuestiones de trabajo o tiempo no puedas consentirte con ellas todos los días, procura al menos hacerlo una o dos veces a la semana. Lo importante es que no te olvides de hacer cosas buenas por ti.
14. Evita hábitos que puedan dañarte
Muchas personas desarrollan malos hábitos, a sabiendas de que se están dañando a sí mismas. Como, por ejemplo, recurrir al consumo de sustancias tóxicas como el alcohol, cigarrillos o drogas.
Suponiendo de que este sea tu caso, un gran acto de amor propio sería renunciar a ellos. Sabemos que puede resultar retador, en especial en casos graves de adicción. Busca ayuda profesional si la situación se escapa de tu control.
15. Cuida tu salud mental
Amar es cuidar también. Aprecia tu cuerpo y tu salud mental. Varias formas en las que puedes empezar a cuidar de tu mente son:
Realiza ejercicio.
Comparte tiempo de calidad con las personas que amas.
Pasea en medio de la naturaleza.
Medita o haz yoga.
Evita las relaciones tóxicas.
Saca tiempo de ocio.
Duerme bien.
Descansa.
16. Olvídate de la perfección
Para amarte no necesitas ser perfecto. Las personas que te quieren lo hacen a pesar de tus defectos e imperfecciones; haz tú lo mismo contigo. Deja de lado esa exigencia desgastante de ser perfecto en todo, incluso, en este proceso de amarte a ti mismo.
Aligera la carga y empieza a disfrutar de ti así como eres. Haz bien lo que tengas que hacer, con ganas y disposición, pero no hagas de todo un motivo para ser perfecto. La perfección cansa tanto que te roba la energía y el tiempo para amarte a ti mismo.
17. Acude a un profesional
La falta de amor propio puede ser solo un aspecto de una condición mental más severa.
Por tanto, en estos casos, será necesaria la intervención de un profesional en salud mental que te ayude a abordar la problemática según sea el caso.
No obstante, es importante tener en cuenta que la psicoterapia siempre será una excelente opción para elevar la autoestima. Independientemente de que haya una condición mental o no.
Así que no hace falta padecer algún trastorno de gravedad para acudir a uno.
ACOSTUMBRATE*
Acostúmbrate a hablar sólo de las cosas que están funcionando en tu vida.
Acostúmbrate a comentar que la vida es bella y a observar los detalles que la hacen bella.
Acostúmbrate a tener muchas razones para sentirte bien.
Acostúmbrate a ver lo que te gusta de otras personas.
Acostúmbrate a pensar que lo mejor está por llegar.
Acostúmbrate a armonizar las conversaciones internas sabiendo que tú eres el creador de tu realidad.
Acostúmbrate a ser positiv@.
Acostúmbrate a tener la intención para que las personas que entren en contacto contigo siempre evolucionen o que permanezcan donde estaban pero que nunca nadie retroceda jamás a raíz de haberte conocido.
Acostúmbrate a disfrutar la compañía de cada persona y valorar su aporte a tu existencia.
Acostúmbrate a vivir y dejar vivir a los demás en paz y armonía.
Acostúmbrate a respetar las diferencias.
Acostúmbrate a dejar amor en otras vidas.
Acostúmbrate a VALORARTE, ADMIRARTE AMARTE…
Recuerda que eres MAGNIFIC@, ESPLENDID@ Y NOTABLE!
Acostúmbrate a SERTE fiel a ti mism@.
Y sobre todo:
ACOSTUMBRATE A CELEBRAR TUS LOGROS!