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Autoestima ¿Confías en ti mism@?

…Autoestima

¿Qué dice la psicología de la autoestima?

¿Qué es autoestima? La autoestima corresponde a la valoración positiva o negativa que uno hace de sí mismo.

Es la predisposición para saberse apto para la vida y para satisfacer las propias necesidades, el sentirse competente para afrontar los desafíos que van apareciendo y merecedor de felicidad.

De esta forma, nuestras expectativas siempre van a estar en función de nuestro nivel de autoestima.

Pero… ¿qué ocurre cuando esta está baja?

Cuando tenemos baja autoestima vamos a tender a pensar de forma negativa sobre nosotros mismos y nuestras capacidades, por lo que va a ser más difícil que podamos encaminarnos a alcanzar nuestros objetivos y metas personales.

Además, puede ocasionarnos problemas de ansiedad, estrés y depresión.

Concretamente, los síntomas de la baja autoestima son:

1. Uso de la autocrítica

Las personas con baja autoestima tienden a buscar constantemente sus fallos, los cuáles no perdonan tan fácilmente y se sienten mal por ello.

2. Tristeza y melancolía constantes

Estas personas suelen sentirse solas y no valoradas por las personas que tienen a su alrededor. La tristeza y la melancolía por otros tiempos mejores son sus estados más frecuentes.

3. Miedos

Los miedos pueden tener dos funciones: paralizar o activar a las personas.

Las personas con baja autoestima suelen quedarse paralizados ante el miedo a ser juzgados, a que los demás no los quieran, a no gustar, etc.

4. Sentir inseguridad

El miedo a no ser queridos o aceptados por los demás, hace que se sientan inseguros consigo mismos y con lo que hacen.

El peligro de querer agradar a todo el mundo es que, poco a poco, te vas olvidando de quién eres.

Por ello, van a tender a hacer cosas que no les agradan para complacer a los demás y conseguir el afecto que tanto necesitan.

La razón por la que esto ocurre es porque no puedes ser tú mismo, ya que te tienes que amoldar a los demás para así conseguir su aprobación.

A menudo les costará mucho decir que “no”.

5. Búsqueda de la perfección

Además, para conseguir el afecto de los demás o evitar ser criticados, tienden a ser muy exigentes con todo lo que hacen para buscar la perfección.

6. Sentimientos de incompetencia

Al tratarse de personas muy inseguras y que buscan la perfección, ante los nuevos retos van a quedarse paralizados por el miedo a que no les salgan bien y sean criticados por los demás, esto les lleva a sentirse incompetentes.

7. ¿Y en el amor?

Cuando estas personas tengan una relación de pareja, van a aflorar el miedo a ser abandonados o no ser suficientes para la otra persona e incluso los celos exagerados.

Además, también les resulta difícil dejar a su pareja si sienten que la relación no funciona, por el miedo a verse solas y a no encontrar a nadie más que los quieran.

¿a qué se pueden deber estos pensamientos de baja autoestima?

A menudo las respuestas las podemos encontrar en el pasado de esa persona con baja autoestima; pudiéndose deber a experiencias negativas que han tenido desde su infancia sobre el aspecto físico, la inteligencia y las relaciones sociales o familiares, entre otros.

Hay que tener cuidado con los mensajes que les trasmitimos a nuestros hijos, familiares o amigos del tipo: “Eres un patoso”, “No haces nada bien”, “Ponte otra cosa que estás muy fea”, “No seas así de tont@”…

Estos mensajes pueden calar en la persona y crearles inseguridades que pueden arrastrar de por vida y van mermando su autoestima. 

También podemos tener una baja autoestima porque nuestros progenitores nos han mostrado poco afecto cuando éramos pequeños o porque nos han sobreprotegido en exceso.

La importancia de la autoestima en tu vida diaria

Desde la motivación, hasta tomar decisiones todos los días resultan influenciadas por la percepción que tenemos de nosotros.

El diálogo interno y la autoexigencia son dos factores importantes en la autoestima. A menudo, no somos conscientes del diálogo con nosotros mismos, ni de los niveles de autoexigencia.

¿Piensas realmente que eres capaz de alcanzar aquello que te has marcado como objetivo?

William James, el padre de la psicología moderna, nos dejó una interesante teoría sobre ello.

William James y su fórmula para potenciar la autoestima

¿Cuántas metas y sueños has alcanzado?

Nada es tan importante para el ser humano como percibirse competente para lograr aquello que desea.

Bien es cierto que no siempre es posible tener éxito en cada reto que nos proponemos.

A fin y al cabo, no somos superhéroes extraordinarios ni tenemos al genio de la lámpara maravillosa.

Sin embargo, el elemento mágico que facilita la tarea de conquistar una parte de lo que deseamos es la autoestima.

Podríamos definir esta dimensión como la piedra angular del bienestar psicológico.

Sin ella todo tiembla, todo falla y cualquier valía humana se desdibuja.

Tengámoslo en cuenta, esta dimensión no consiste solo en la “capacidad de querernos y respetarnos”.

Autoestima es también la confianza que tenemos en nosotros mismos para ser quienes deseamos de verdad.

Personas autorrealizadas, independientes, hombres y mujeres que logran sus objetivos y dan forma a la vida que les hace feliz.

Un aspecto que nos resultará interesante saber es que una de las primeras figuras de la psicología que profundizó en este constructo fue William James. Fue en 1890, cuando al publicar Los principios de la psicología nos aportó una fórmula, un recurso para evaluar nuestra autoestima.

“Solo hay una causa del fracaso humano. Y es la falta de fe en nosotros mismos”.

William James aportó una visión original sobre cómo desarrollar la autoestima. Aquello que hacemos determinará la visión que tengamos de nosotros mismos.

Algo que no todo el mundo conoce sobre William James es que, durante una época de su juventud, barajó la idea de quitarse la vida. Pasó muchos años aquejado por extrañas enfermedades y notables sufrimientos; incluso arrastraba consigo una sordera parcial.

Su padre fue un teólogo perteneciente a la alta burguesía.

Todo el mundo esperaba mucho de él; también de su hermano, el famoso escritor Henry James.

Finalmente, llegó un momento en que, llevado por un acto de introspección, se dijo a sí mismo que aquella melancolía no era normal.

Debía estar sufriendo algún tipo de enfermedad.

Fue entonces cuando se despertó en él un interés, una obsesión, una meta.

Se puso como propósito vital conocer los mecanismos que regían la mente y el alma.

Por ello, decidió formarse en psicología y filosofía.

En su obra más conocida, Los principios de la psicología (1890), aportó la que fue una de las principales definiciones de la autoestima.

Lo conceptualizó a través de una fórmula que, aún ahora, nos parece tan interesante como práctica.

Para William James, el bienestar con nosotros mismos se sustenta en las aspiraciones que tengamos y los logros que somos capaces de conquistar.

Para William James la autoestima partía de la siguiente formulación: Autoestima=Logros/Aspiraciones.

Importa lo que haces, no tanto lo que eres

Pon en práctica la fórmula para potenciar tu autoestima

En la actualidad, muchos adolescentes vinculan la autoestima con la imagen corporal.

Asumen que, para trabajar esta área, basta con aceptarse tal y como son.

Ahora bien, aunque es cierto que este constructo incluye la autoaceptación física, hay muchas más áreas que la conforman y que no podemos descuidar.

William James insistía en que la felicidad y el bienestar parten de lo que hagamos en la vida.

No importa quiénes seamos o cómo seamos, importa qué hagamos con nuestras vidas. Y es ahí cuando llega la mayor responsabilidad de todas:

Debemos preguntarnos qué es lo que nos gusta y qué es lo que se nos da bien.

Solo entonces podremos orientar todas nuestras energías hacia esas metas.

Él encontró el sentido a su vida en el momento en que clarificó un propósito: quería conocer los misterios de la mente humana.

James insiste en que siempre llega un momento en nuestra existencia en el que debemos preguntarnos “qué es lo que actúa como nuestra salvación”.

Ese será el instante en que hallaremos el mejor motivador para crecer como personas.

La autoestima necesita acción y movimiento, según William James.

Sé realista en tus pretensiones

La fórmula para potenciar la autoestima de William James es el cociente entre nuestros éxitos y aspiraciones.

Es decir, a medida que vamos conquistando las metas a las que aspiramos, la autoestima se eleva.

Pero cuidado, porque a menudo, nuestras pretensiones o sueños pueden ser poco realistas y entonces, el fracaso minará la visión positiva que tenemos de nosotros mismos.

Evitemos marcarnos, por tanto, metas demasiado elevadas o claramente imposibles.

Es bueno tener aspiraciones, pero procuremos que estas se ajusten a nuestras competencias y habilidades.

Tal y como nos explica William James en Los principios de la psicología, son muchas las personas que ocupan sus esfuerzos en tareas que no corresponden a sus puntos fuertes, y ahí es donde todo se desmorona.

Asimismo, también es decisivo considerar otro aspecto.

A medida que la autoestima crece en cada logro, es bueno aumentar el desafío. Es así como alcanzamos la excelencia.

A veces nos ponemos en mente sueños del todo irreales que, además, poco tienen que ver con nuestras habilidades.

Debemos ser congruentes y focalizarnos en objetivos realistas que se ajusten a nuestras valías. Solo así lograremos éxitos y nuestra autoestima se mantendrá fuerte y saludable.

¿Cómo afectan el diálogo interno y la autoexigencia a la autoestima?

¿Te has detenido a pensar si dicho diálogo es negativo, crítico y autodescalificativo?

Cuando es así es más probable que tengamos una autoestima baja.

¿Cuál es la salud de tu autoestima?

El diálogo interno y la autoexigencia son dos factores importantes en la autoestima.

A menudo, no somos conscientes del diálogo con nosotros mismos, ni de los niveles de autoexigencia.

Los pensamientos negativos abarcan la autocrítica excesiva, comparaciones constantes con los demás,

creencias limitantes sobre las capacidades propias y la desvalorización de nuestros logros.

Es importante abordar y cambiar el diálogo interno negativo para fomentar una autoestima saludable.

Por otro lado, si somos demasiado exigentes y perfeccionistas, es probable que nos juzguemos duramente cuando no alcanzamos nuestros propios estándares.

Esto quizás genere estrés, frustración y una sensación constante de no ser lo suficientemente buenos. La autoexigencia excesiva socava la autoestima, al hacernos sentir insatisfechos con nosotros y nuestros logros.

Ve más allá del miedo y recuerda tus fortalezas

Martin Seligman pionero en la psicología positiva nos habla de la fórmula para potenciar la autoestima que emplea William James en su libro Niños optimistas (2011).

Un libro que nos recuerda que una tarea que tienen los padres y educadores con los más pequeños es fomentar su autoeficacia y su autoconfianza.

Si aprenden desde edades tempranas que son capaces de realizar tareas por sí mismos, se sentirán competentes y desarrollarán una imagen positiva de sí mismos.

Las personas estamos obligadas a sortear infinitas dificultades y miedos en el día a día.

Es cierto que fracasaremos en muchos de nuestros desafíos. Habrá, incluso, sueños que deberemos dejar de lado para plantearnos otros o buscar otros caminos.

Sin embargo, es esencial que confiemos en nuestras valías y fortalezas.

Somos lo que logramos en el pasado y también aquello que nos proponemos ahora.

Por ello, en esas épocas en que nos sintamos estancados y desconfiemos de nosotros mismos, vale la pena echar la mirada atrás.

Hemos tenido más de un éxito y somos hábiles en más de un área. ¿Por qué no confiar de nuevo en nuestras fortalezas y plantearnos nuevos retos?

Esta impacta de modo significativo en la salud mental, emocional y en las relaciones con los demás.

Es decir, la forma en la que nos valoramos y nos percibimos influye en la cotidianidad

Incluso, la toma de decisiones, el rendimiento y la confianza en nosotros mismos están ligados a la autoestima saludable. Se trata de un proceso continuo que requiere autoreflexión, autocuidado y trabajo interior.

Como señala la psicóloga Silvia Congost, la autoestima es la base de la mayoría de problemas que vivimos los seres humanos.

Cultivar una autoestima es importante para promover un bienestar en nosotros mismos.

Una persona con una autoestima saludable tiende a tener mayor motivación y rendimiento en la vida diaria.

Al creer en sus capacidades y valía personal, se siente más inclinada a enfrentar desafíos, establecer metas y esforzarse por alcanzarlas.

La autoestima se correlaciona con la autoconfianza, lo que impulsa a la persona a esforzarse y ser constante en su trabajo, estudios u otros objetivos.

Influye en la toma de decisiones todos los días, Una persona con autoestima positiva suele confiar más en su juicio, lo que le permite elegir con mayor seguridad y en alineación con sus valores y necesidades.

Además, esta percepción evita el temor excesivo al fracaso o la opinión de los demás. Veamos un ejemplo.

Alguien que considera cambiar algo en su vida, si tiene buena autoestima, confiará en su capacidad para tomar decisiones informadas y seguirá el camino que mejor se ajuste a sus intereses y valores.

Tu autoestima le brindará la confianza necesaria para superar los miedos y desafíos. Por el contrario, la baja autoestima te haría dudar de tu valía y tener miedo a arriesgarte.

La autoestima repercute también en las relaciones con los demás; si es saludable hay mayores probabilidades de establecer relaciones equilibradas, con base en el respeto mutuo y límites adecuados

Aparte, una buena autoestima influye en la capacidad para comunicarse de manera asertiva, expresar necesidades y establecer relaciones satisfactorias. Un ejemplo de ello.

Si te invitan a una fiesta donde no conoces a mucha gente, sentirás comodidad y confianza para interactuar con los demás, hacer nuevas amistades y participar en conversaciones de manera natural, si gozas de buena autoestima.

Por el contrario, si la baja autoestima provocaría ansiedad o temor a ser juzgado o rechazado, lo que dificulta la capacidad para relacionarte y disfrutar de la experiencia social.

Un trabajo divulgado en psicología actual señala que la autoestima positiva contribuye a una mayor satisfacción con uno mismo y con la vida en general, lo que puede influir en un estado de ánimo más equilibrado.

Las personas con una buena autoestima son menos propensas a experimentar altos niveles de ansiedad, estrés o depresión en su rutina diaria.

La autoestima incide en la vida diaria también en la medida que una persona se cuida a sí misma y siente satisfacción en sus actividades diarias,

Si la autoestima es positiva, se prioriza el bienestar físico, emocional y mental; entonces se dedica tiempo y esfuerzo al autocuidado.

Resumiendo

¿cómo podemos mejorar nuestra autoestima?

1. Cambia las palabras

Se trata de pensar más en positivo identificando los pensamientos del tipo: “no puedo, “es muy difícil”, “seguro que a mí no me sale”

por un “lo voy a intentar”, “seguro que no es tan difícil”, “voy a hacer lo que pueda”.

Parece un juego sin importancia, pero tu cerebro lo va a interpretar de forma distinta y con más positividad.

2. Evita compararte con los demás

Comparar tu vida con la de los demás es lo peor que puedes hacer, porque cada persona tiene su vida y unas condiciones que le han llevado a estar en el punto actual.

Nadie nace con las mismas capacidades ni tiene las mismas experiencias en la vida, por lo que partiendo de esa base, sería imposible compararse si no partimos de la misma, ¿no crees?

3. Acéptate tal y como eres

¿Qué tal si escribes en un folio todo lo que te gusta de ti y todo lo que te gustaría mejorar?

De esta forma, plantéate metas realistas que sean fáciles de conseguir, ya verás como poco a poco vas aprendiendo todo lo bueno que tienes y lo mucho que puedes hacer por mejorar.

4. Diario positivo

Una de las técnicas que usamos en terapia se llama “Diario positivo”. Este consiste en tener una libreta o diario donde cada día antes de dormir apuntes 10 cosas buenas que ha tenido el día.

El hecho de reflexionar sobre las cosas buenas de tu día te va a hacer apreciar más las cosas pequeñas que, a menudo, solemos pasar por alto.

5. No te machaques en la búsqueda de la felicidad

En los tiempos que corren, de vidas perfectas en las redes sociales, solemos buscar justamente eso.

Vivir miles de aventuras cada día y lucir nuestras mejores sonrisas.

Y este tipo de vida es increíble, pero no es realista que sea así cada día.

Porque esas personas que suben fotos perfectas, no sabemos cómo es su día a día, en qué piensan antes de dormir ni justo al despertarse.

Cuenta una pequeña historia que un padre caminaba con su hijo cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio ml preguntó:

-Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?

El niño agudizó sus oidos y algunos segundos después le respondió:

-Estoy escuchando el ruido de una carreta.

-Eso es -dijo el padre-. Es una carreta vacía.

-¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aun no la vemos?- preguntó al padre.

-Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.

Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace- le respondió.

Cuando veas a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, mostrándose prepotente y haciendo de menos a las personas, tengo la impresión de oír la voz del padre diciendo:

“Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace”

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo.

Generalmente, la arrogancia, la prepotencia y el egocentrismo hacen mucho ruido, no así una imagen sana de uno mismo (autoestima).

No eres mejor que nadie, pero tampoco menos

La línea divisoria entre el ego y la autoestima es muy fina.

No somos mejores o peores que otros, simplemente somos diferentes.

Entender la diversidad es sin ninguna duda la base o el pilar de una autoestima sana que promueve actitudes positivas hacia uno mismo y hacia los demás.

La autoimagen saludable tiene la ventaja de que cuando logramos algo, no nos enorgullecemos hasta el punto de creernos omnipotentes, por lo que no caemos en las garras del egocentrismo o el amor excesivo y negativo por nuestro ego.

Una persona que se quiere de manera sana no exalta en exceso su propia personalidad, no hace de sus sentimientos, pensamientos y opiniones el centro de atención ni propio ni ajeno.

Mientras que la autoestima fomenta la igualdad de pensamientos, sentimientos y comportamientos, el egocentrismo se cree superior en importancia y razón.

O sea, de alguna forma cuando nos comportamos de manera arrogante o egocéntrica, lo que pretendemos es otorgar más valor a lo que nosotros pensamos o creemos, minimizando así lo que los demás piensan o sientan.

No se debe confundir el egocentrismo con la alta seguridad en un mismo; mientras que cuando destaca el primero una persona tiende a creerse mejor en todos los aspectos y a comportarse de manera soberbia, la seguridad en nosotros mismos nos ayuda a actuar con conocimiento de nuestras capacidades y limitaciones.

Además, al querernos a nosotros mismos, es mucho más sencillo querer a los demás.

No obstante, es complicado que en ocasiones no nos dejemos llevar por el exceso de ego y que cometamos el error de ser arrogantes al querer hacer valer nuestras opiniones o sentimientos.

Por lo tanto, lo ideal es analizarnos y tomar precauciones, pues la línea que separa a ambos terrenos es muy difusa y caer en el error de querer sobreponer nuestros deseos a los de los demás es extremadamente fácil.

Valora todo lo bueno que tienes en tu vida y lucha por mejorarla, pero no te frustres intentando buscar una felicidad permanente; porque la felicidad no es un estado, son momentos.

En su lugar, aprecia las sensaciones de paz interior y de tranquilidad en tu día a día, porque este sí es un estado que se puede prolongar en el tiempo.

6. Regálate tiempo

Destina un ratito de cada uno de tus días para hacer una actividad que te guste, como puede ser dar un paseo, leer, escribir, salir a tomar unas cervezas con tus amigos…

La autoestima saludable permite disfrutar de la vida diaria, establecer relaciones positivas y alcanzar nuestro potencial máximo.

Es un proceso continuo, de altos y bajos, que requiere autoconocimiento, autocompasión y un esfuerzo constante, pero los beneficios valen la pena.

Es importante aprender a establecer expectativas realistas y aceptar que somos seres humanos imperfectos.

La autoestima necesita acción y movimiento, según William James. Pongámonos en camino.

7. Y, por último, si tienes problemas de ansiedad que te impiden vivir una vida en serenidad, busca ayuda psicológica siempre que lo necesites.

Puede ser útil buscar apoyo profesional para abordar estos temas de manera más efectiva y construir una autoestima equilibrada.

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