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CRISIS EXISTENCIAL

Crisis existencial

Hay momentos en la vida en la que nos sentimos agobiados, momentos en los que puede aparecer la tentación de ponernos trascendentes, como: ¿para qué estoy aquí?, ¿cuál es mi propósito?, ¿hago lo correcto?,

Cada persona se preguntará por diferentes asuntos. Sin embargo, todos podemos pasar en algún momento de nuestras vidas por una crisis existencial.

Puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida,

Suele suceder cuando baja nuestra sensación de control. Es como si se tambalease todo aquello de lo que antes estábamos en cierta forma seguros.

Como toda crisis puede traer sufrimiento, pero podemos ver la crisis existencial más allá de eso.

 Tengo una amiga muy querida que está en un momento de crisis existencial, y el otro día me decía: “Me siento en la noche oscura del alma”. 

Esa expresión la utilizó por primera vez San Juan de la Cruz.

Y se refiere a esos momentos de crisis que vivimos a lo largo de nuestra vida.

Esas que pueden empezar como un ruido bastante silencioso.

Un runrún en la cabeza que te va diciendo: “esto no es lo que quiero para mi vida”, “así no soy feliz”, “no lo aguanto más”, “qué estoy haciendo así”…

Pero que solemos acallar o maquillar, porque no nos sentimos preparadas, ni con fuerzas, para afrontar lo que supondría hacer caso a esa voz interna. 

 Lo que pasa es que, si no hacemos nada, ese runrún quedará latente y se volverá a activar con el paso del tiempo, de forma cíclica y cada vez con más intensidad.
Y sucede otra cosa.

Ahora estamos en un momento energético en el que esa voz acallada, que hemos querido esconder, está saliendo a la luz

Los miedos, los bloqueos, la frustración, nuestras incoherencias (tanto si éramos conscientes como si no) se destapan.

Ya sabes, como cuando hay que enseñar las cartas en el póquer. 


A veces hasta se dan movimientos en el exterior que nos llevan a esta noche oscura del alma.

Incluso nuestros hijos/as, como grandes maestros que son, a través de sus síntomas, reclamos y exigencias…, nos están mostrando todo el tiempo aspectos nuestros que no aceptamos.



Pero, como le dije a mi amiga, con todo mi respeto y mi cariño:

 Ya estás preparada para vivir a partir de ahora a otro nivel.

Ha llegado el momento de vivir:

  • desde un lugar de más coherencia y autenticidad.
  • siendo honesta con esa relación, con ese trabajo, con ese negocio.
  • dejando de idealizar y soltando lo que ya no nos sirve. 

Estamos en un momento de la historia de la humanidad de máxima evolución, de gran apertura.

La noche oscura del alma nos anima a hacer el cambio de vida que siempre hemos anhelado.

Nos pide que apostemos por vivir desde un lugar de paz y de poder personal.


Pero ¿quién va a ser capaz de subir ese peldaño?

Pon atención.

Solamente quien se dé el espacio y el permiso para ver los recursos que están a su disposición.

Porque desde ahí podrá tomar acción y decidir desde un lugar auténtico.

 No todo el mundo va a entender esto. Por eso…

Las crisis existenciales también son oportunidades para conectar con lo más profundo de nosotros y realizar una metamorfosis para encontrar nuestro rumbo.

-Viktor Frankl-dijo:

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor siempre podrás escoger la actitud con que afrontes ese sufrimiento”.

Crisis existencial, ¿de qué se trata?

Hablamos de los momentos en los que nos volvemos inquisidores de nuestra existencia.

Además, suele suceder de manera inesperada y afectar la visión que solíamos tener de la vida.

Es entonces cuando podemos comenzar a hacernos preguntas que pueden hacer tambalear los cimientos de nuestras convicciones más firmes.

Las crisis existenciales suelen traer consigo un mar de sentimientos y pensamientos. Es decir, actúan en nuestro mundo cognitivo y emocional de forma intensa.

Es por esta razón que muchas personas suelen verlas como algo negativo: pueden agobiarse tras tantas sensaciones y percepciones desconocidas.

Además, las crisis existenciales pueden llegar a estar relacionadas con las de identidad.

Cuando dudamos lo que somos, podemos llegar a estirar esta duda sin límites, cuestionando todo y a todos.

¿Cómo detectar una crisis existencial?

La principal característica a tener en cuenta es la sensación de vacío que puede acompañar a la crisis.

Si bien esto no es exclusivo de la crisis existencial, suele darse.

Observemos otras características que nos ayudan a identificar si estamos pasando por un momento así:

Falta de sentido. Cuando no contamos con un norte, y no encontramos un significado para nuestra vida, o incluso para el mundo.

Sensación de incertidumbre. Se da una sensación de inseguridad que nos genera cuestionamientos sobre la vida y la muerte, el bien y el mal, etc.

Inestabilidad emocional. Se presentan diversas emociones y pensamientos que nos intranquilizan.

Déficit en la capacidad para tomar decisiones. Como no sabemos qué hacer, quienes somos, qué sentido tiene la vida, y para dónde ir se nos dificulta asumir nuestras responsabilidades y hacer determinaciones.

Insatisfacción.

Insomnio.

Ahora bien, estas características pueden variar según la persona. No podemos olvidar que cada ser humano es diverso.

Además, es importante resaltar que una crisis de este tipo puede llegar a estar presentes en trastornos mentales como la depresión.

¡Ojo!, esto no quiere decir que, si tenemos una crisis , vamos a contar sí o sí con depresión. La crisis no siempre es depresión.

Poner la crisis existencial a nuestro favor

Si bien puede parecer agobiante esta situación, podemos utilizarla a nuestro favor. ¿Cómo? Se trata de verla desde otra perspectiva.

Las crisis existenciales pueden ser turbadoras; sin embargo, se alzan también como fabulosas oportunidades para generar el cambio que necesitas y que te permitirá sentirte realizado.

Hay épocas en que uno duda de todo, hasta de sí mismo.

El mundo parece un escenario distorsionado y falto de significados, mientras que las personas alrededor son vistas como entidades vacías que no ilusionan.

Fallan los propósitos y la tristeza se abre paso con su olor a marchito.

¿Cómo superar una crisis existencial? ¿De qué manera abordar esa sensación de entumecimiento y de irrealidad constante?

Cualquiera ha tenido dudas en algún momento sobre el sentido de la vida y su lugar en el mundo.

Desde un punto de vista psicológico, aunque no exista esta categoría clínica como tal, se suele definir la experiencia como «depresión existencial».

Se trata de un instante de inflexión personal en el que es necesario reflexionar, tomar decisiones y hacer cambios.

Si te sientes identificado con esta vivencia, serán de ayuda las claves reveladas durante este programa

«Todo ha sido descubierto, excepto cómo vivir».

-Jean-Paul Sartre-

¿Cuáles suelen ser los orígenes de las crisis existenciales?

¿Crees que todo lo que hiciste hasta ahora no tiene sentido?

¿Te preguntas a menudo qué propósito hay en la maldad, las desigualdades o, incluso, la muerte?

¿Eres consciente de que las cosas te van bien, pero, a pesar de ello, te sientes perdido y desanimado?

Las crisis existenciales suelen invocar infinitas preguntas que no siempre tienen respuesta.

La psicología lleva décadas abordando esta cuestión, dado el sufrimiento que suscita.

Si bien es cierto que, con anterioridad, la comprensión de la angustia existencial entraba dentro del terreno de la filosofía, en la actualidad se dispone de una amplia literatura científica al respecto.

Los detonantes de este malestar psicológico.

Crisis de identidad.

Perder a un ser querido.

Padecer una enfermedad.

La presencia de un trastorno del estado de ánimo.

La soledad también es una raíz de esta experiencia desoladora.

Sufrir cambios drásticos: perder un trabajo, una ruptura afectiva.

Tener una vida rutinaria y percibir que los sueños y anhelos no se hacen realidad.

Vivenciar un periodo sostenido de crisis; como sucedió durante la pandemia por COVID-19 y aún continua sus repercusiones.

Las personas con altas capacidades intelectuales son más tendentes a padecer crisis existenciales, tal y como revela un estudio de la Universidad de Innsbruck, en Austria.

La crisis existencial surge sobre todo durante las transiciones, tales como llegar a la madurez, tener un hijo, envejecer, sufrir el síndrome del nido vacío, etc.

Son instantes en que se derriba aquello que dado por seguro y se abre la incertidumbre, el miedo, el no saber qué sucederá.

Las crisis existenciales son momentos para tomar decisiones.

Claves para superar una crisis existencial

No hay que temer a las crisis existenciales, al fin y al cabo, no son más que una llamada de ese ser interno bajo la conciencia para tomar nuevas decisiones.

Es una oportunidad de crecimiento.

Carl Jung solía decir que durante una parte de nuestra vida nos dedicamos a obedecer al ego, pero es en la segunda mitad cuando debemos convertirnos en quien seremos de verdad.

Si bien es cierto que estas crisis son un fenómeno psicológico complejo y hasta doloroso, conviene verlas como un viaje y un proceso de reconstrucción y redefinición personal. Esa es la clave.

Y para dar ese valiente paso, serán de ayuda las estrategias que enseguida definimos.

1. La terapia existencial

La terapia existencial es un enfoque que orienta a la persona a la toma de decisiones significativas y hacia esos cambios que, en última instancia, están en sintonía con sus valores y propósitos personales.

Una de las figuras más destacadas en este modelo es el doctor Irvin D. Yalom.

En su práctica clínica guía a los pacientes en cuatro áreas básicas:

reformular un nuevo sentido vital,

vencer el aislamiento,

recuperar la libertad

y abordar el miedo a la muerte.

Este tipo de terapias resultan útiles para reducir el estrés asociado a las transiciones.

Los aspectos trabajados son los siguientes:

Beneficiar la conexión social para evitar la soledad.

Confrontar los pensamientos pesimistas y limitantes.

Permitir que la persona trace nuevos significados vitales.

Ayudar a vencer la incertidumbre y los sentimientos de angustia.

Promover la construcción de una vida más creativa, libre y con propósitos.

La terapia existencial favorece un enfoque mental más flexible y positivo.

2. Define quién eres y qué esperas de la vida

Para superar una crisis existencial es necesario mirarse al espejo y tomar conciencia de quién somos y qué queremos.

Buena parte de estos momentos de dolorosa inflexión se deben a que no se termina de definir y fortalecer nuestra identidad.

Esto se debe a que pasamos parte de nuestra vida siendo como otros esperan, encajando en moldes ajenos y dejándonos llevar por la simple inercia.

Es momento de aplicar ciertos cambios y, para ello, es positivo reflexionar en las ideas ahora comentamos:

Pregúntate cómo te gustaría ser dentro de cinco años.

Escribe en un papel cuáles son tus fortalezas.

Enumera tus pasiones, tus sueños y deseos a corto y largo plazo.

Reflexiona sobre si la persona que eres ahora es quien deseas ser de verdad.

En este ejercicio, descubre todo aquello que se te da bien y que te enorgullece.

Por último, piensa en qué cambios deberías hacer para acercarte a tu «auténtico yo».

3. Reconecta con aquello que te da sentido

Tal y como señalaba en psiquiatra Viktor Frankl, «el sentido de la vida reside en tener un por qué.

Es entonces cuando encontraremos un ‘cómo’.

Si nos sentimos libres y motivados, siempre podremos generar todos los cambios necesarios para crear una realidad mucho más noble».

En esencia, la piedra angular para superar una crisis existencial es tomar conciencia de aquello que nos da sentido aquí y ahora.

Pregúntate qué es lo que te hace sentir bien y realizado como persona en este mismo momento.

Ten en cuenta que todo el mundo cambia y aquello que te motivaba hace unos años o unos meses, puede no hacerlo en el presente.

Por tanto, es conveniente reflexionar en esas áreas o dimensiones que en la actualidad sí te ilusionan.

4. Toma distancia durante un tiempo para descubrir nuevas perspectivas

Si necesitas superar una crisis existencial, distánciate durante unos días de lo cotidiano y ordinario.

Rompe con la rutina.

Tómate un tiempo en soledad para reconectar contigo y vislumbrar, desde la distancia, en qué punto te encuentras.

A menudo, es en esos instantes desprovistos de rutinas y presiones cuando todo cobra mayor lógica.

La mente se llena con frecuencia de una alta carga de «ruido» externo. Las redes sociales, el entorno, la sociedad y sus mensajes distorsionados, las noticias de actualidad.

Todo ello puede hacer que, en un momento dado, las cosas dejen de tener significado para nosotros.

Unos días de desintoxicación digital y de soledad resultan sanadores y también reveladores.

Las crisis existenciales instan a tomar nuevos caminos vitales.

5. Aceptar tus emociones, para cambiar conductas

En un trabajo publicado por la Asociacion Americana de Psicología reseñan que las crisis tienen que ver con el sentido de mortalidad, el legado y los logros alcanzados.

De algún modo, siempre llega un momento en que hacemos balance de lo conseguido y lo que se quedó por el camino sin conquistar.

Toda crisis se acompaña de sentimientos de pérdida, de decepción y tristeza que es conveniente aceptar.

Dejar espacio a las emociones de valencia negativa no significa que te arrastrarán. Implica darles presencia para entender sus mensajes y realizar cambios en armonía con esas demandas.

Una crisis no se soluciona quedándose en el mismo sitio, se supera trazando nuevas conductas tras entender lo que señala nuestra voz interna. 

Puedes empezar trazando pequeñas modificaciones cotidianas; algo sencillo que te permita romper la rutina.

Los cambios pequeños traerán tarde o temprano, una variación mayor en tu vida.

Esa que aporta por fin aquello que necesitas.

Así pues, reflexiona qué decisiones deberías tomar para sentirte mejor y generar un proyecto de futuro más ilusionante.

6. Practica la gratitud

Para superar una crisis existencial conviene realizar cambios, trazar nuevas metas y, también, agradecer aquello que tenemos y que nos da sentido.

Porque a veces, nos olvidamos de esas pequeñas cosas cuya belleza no vemos por la dominación del estrés y el demonio de la angustia.

Practicar la gratitud significa recordar, por ejemplo, cuánto queremos a los nuestros.

Implica también saber apreciar las realidades más sencillas, como un paseo por la naturaleza, la lectura, un abrazo que rompe los miedos, una caricia que consuela, un paisaje que inspira.

Encuentra un balance entre lo que deseas lograr sin olvidar con lo que ya cuentas y que no tiene precio.

Conocer nuevas personas es beneficioso para superar una crisis existencial

Todos hemos transitado instantes dominados por la crisis, por esos días en que la mirada atiende con desapego y escepticismo lo que le rodea.

No es una experiencia agradable, queda claro. Un modo de superar el desconcierto es pasando tiempo con personas que traigan nuevas perspectivas, intereses e ilusiones.

Nada hay tan mágico como construir amistades, esas que estimulan las neuronas y aportan conocimientos y motivaciones.

Evita, por tanto, caer en el aislamiento perpetuo, en alzar muros para protegerte de un mundo que incomprensible.

Ábrete a los demás y conoce otras voces, otros rostros y mentes capaces de ayudar a vencer las crisis existenciales.

El cambio siempre es posible.

Se trata de darle valor a nuestras potencialidades y hacer uso de estas para estar mejor.

En esta forma de ver la crisis existencial hizo hincapié Viktor Frankl,  neurólogo y psiquiatra austriaco, que como ya sabemos vivió la experiencia de los campos de concentración.

Propuso que el hombre tiene la capacidad de situarse por encima de la situación que atraviesa, es decir, puede sobrepasar las adversidades; para ello debería encontrarle un sentido a esa situación concreta y a la existencia.

De hecho, Frankl creó la Logoterapia, un tipo de psicoterapia que propone que el motor principal del ser humano es la búsqueda del sentido.

Además, ve al ser humano como único e irrepetible, entonces el proceso de cada uno será distinto.

La logoterapia de Viktor Frankl

A través de este tipo de terapia, podemos encontrar cuál es nuestro propósito y así verle un sentido a la vida.

Se trata de ir más allá del sufrimiento; de ver la crisis existencial como una oportunidad para explorarnos y salir adelante.

Además, podemos dejar de vernos como personas que sufren y estar frustradas por ese mar de emociones que nos inunda, y verlo como la ocasión para practicar nuestra capacidad de resiliencia.

Es decir, la facultad de sobreponernos ante las situaciones adversas.

Al cambiar de perspectiva, podemos llegar a ver conceptos, ideas, recursos… que habíamos pasado por alto.

Además, cuando aceptamos que las crisis son una parte intrínseca de nuestro latir, en muchos casos la angustia deja su lugar a la serenidad.

Salir de una crisis existencial sin embarrarnos o sumergirnos en ella es una tarea casi imposible; frente a este hecho, tenemos la oportunidad de explorarla, reconocerla y buscar qué es lo que la ha motivado y a dónde nos puede conducir.

Las crisis existenciales son parte de la vida. Cómo afrontarlas es asunto de cada uno, pero si lo hacemos desde una visión positiva, en la que el aprendizaje prime, estaremos optando por un camino más sano. Lo importante es llegar a trascender el sufrimiento o la duda, de una forma que salgamos fortalecidos de la crisis.

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