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¿PORQUÉ NOS GUSTA COMPLICARNOS LA VIDA?

¿PORQUÉ NOS GUSTA COMPLICARNOS LA VIDA?

El arte de amargarse la vida

René Descartes, escribió al final de su vida

“Mi vida estuvo llena de desgracias,

muchas de la cuales jamás sucedieron”

Nos pasamos buena parte de nuestra vida haciéndonos infelices a nosotros mismos.

¿No sería útil obtener consejo experto para hacerlo bien?

Se trata de la propuesta del psiquiatra Paul Watzlawick, en su libro  satírico  El arte de amargarse la vida aunque tiene más de 30 años, sigue de plena actualidad:

nos invaden los consejos de todo tipo sobre cómo ser más felices, pero ¿dónde están las recomendaciones para ser infelices? “Pero qué dices”… diréis…… “¡nadie quiere ser infeliz!”.

Es entonces cuando conviene recordar a ese conocido que se aferra a la relación que le hace sufrir como un clavo ardiendo; a esa amiga que se embarca en una sucesión de parejas imposibles; y yo me pregunto?????

Cuando nos cuentan un chiste gracioso nos reímos, si te lo cuentan otra vez, ya no te hace tanta gracias y ya una tercera es que ni te Ries y mi pregunta es la siguiente…

 ¿porque cuando nos entristecemos, lo pensamos una y otra vez y seguimos entristeciéndonos? No podríamos hacer como con el chiste

Complicarse la vida es, a veces, muy sencillo. Y lo peor es que no siempre somos conscientes de ello y lo hacemos de manera completamente innecesaria.

¿Por qué buscamos problemas donde realmente no los hay?                  ¿Por qué, además, cargamos muchas veces con los problemas de los demás?

Y encima, ¿por qué cuando realmente aparece un problema nos asustamos e intentamos evitarlo?

¿Por qué complicarse la vida si no es necesario?

Las personas somos complicadas, y unas más que otras.

La historia del señor de los zapatos…..

Dentro de cada uno de nosotros llevamos una mochila en la que pesan los recuerdos,… las experiencias, ….la educación que hemos recibido… y muchas veces a la larga, nos perjudican y nos crean prejuicios y problemas, donde realmente no los hay.

Pero además, lo más curioso de todo, es que cuando llega un problema de verdad, tendemos a evitarlo, huimos de él, sentimos miedo. “No hago más que darle vueltas a lo mismo…”,                              “¿Qué pensarán los demás cuando vean que no he querido…?”,

“Me siento solo, me siento tan solo y no hago más que pensar esto una y otra vez”,                                                                                         

¿No te sientes identificado con algunas de estas frases?

Pues estas y otras muchas inundan nuestra cabeza sin darnos cuenta.

Nadie me va a ayudar el caso de….Chica X

Poco a poco los pensamientos no nos dejan vivir, están dando vueltas y más vueltas en nuestra cabeza, martilleando…

Empezamos a entrar en una espiral en la que vivimos más para nuestra mente, que para nuestra vida real.

Pero todo puede cambiar si queremos…

Podemos entrenar poco a poco nuestra mente, igual que entrenamos nuestros músculos.

¡Ya es hora de dejar de complicarnos la vida por tonterías!

Empezaremos por citar al sabio Epicteto uno de los filósofos más célebres de la corriente filosófica conocida como estoicismo, de gran popularidad en la Grecia helenística y en la antigua Roma. Vivió casi toda su existencia como esclavo, sin embargo, tras quedar en libertad, se convirtió en uno de los filósofos más famosos del mundo. Ante todo, serenidad de espíritu. Y la frase que más lo puede definir es:

“No nos afecta lo que nos sucede,  sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede”.

Cómo dejar de complicarse la vida

Como diría Viktor Frankl, cuando nos enfrentamos a una situación adversa es obligación nuestra afrontarla y transformarla.

Si no es posible, el siguiente paso es aceptarla. Algo tan lógico y evidente solo se puede lograr mediante un enfoque tranquilo, realista y centrado

¿Quieres dejar de complicarte la vida?

Pues si te lo propones, poco a poco puedes cambiar.                                Eso sí, todo requiere un esfuerzo.

Algunas sugerencias podrían ser:

1. Dale la importancia justa a las cosas

Preocúpate cuando realmente sea necesario.                                  Deja de darle importancia a cosas que realmente no la tienen como ¡ya he perdido el autobús!, y la frase que siempre añadimos detrás: ¡qué mala suerte tengo!

No te preocupes más de lo necesario, más que nada porque los problemas y las dificultades no suelen solucionarse porque pensemos más en ellos.

2. Desconecta de las preocupaciones

Empieza ya a aprender que cuando acaba el trabajo, acaba.                       Si vuelves del trabajo con una preocupación, si un amigo te ha estado contando un problema etc, cuando vuelvas a casa no sigas “rumiando” en lo mismo.

Necesitas relajar tu mente y liberarla del estrés y las preocupaciones diarias.

3. Adopta frases de cabecera

Empieza a pensar frases del tipo “la caridad bien entendida empieza por uno mismo”, “no puedo estar siempre preocupado por cosas que no merecen la pena”, “la vida son dos días y yo los paso pensando, no puedo seguir así”. Busca las que más se encuentren en sintonía contigo y repítelas en tu interior con frecuencia.

Para mí la clave está en vivir el ahora en cada momento.                      Carpe diem VIVE EL MOMENTO

4. Reconoce tus errores sin martirizarte y ríete de ti mismo

Todos nos equivocamos, ¡no pasa nada!, tú también. Aprende de tus errores y continúa el camino.

Cada fallo puede ser un aprendizaje y cada crisis una oportunidad

Recuerda que la vida es un juego y así hay que tomarla.

Por eso a mi me gusta decir unas veces se gana y otras se aprende, pero nunca se pierde.

De poco sirve complicarse la vida inútilmente.

5. Perdónate y perdona a los demás

Muchas veces nos sentimos culpables de alguna cosa que hemos podido hacer mal con alguien y no dejamos de fustigarnos por ello o, por el contrario, no perdonamos el fallo que han podido cometer los demás.

No perdonar nos estanca y no nos permite avanzar, pero perdonar nos libera. Perdona, perdónate y pasa página.

6. Aclara tus diferencias con los demás

Si tienes problemas con alguien, si has tenido un malentendido y no dejas de darle vueltas a la cabeza, lo mejor es que hables con esa persona.                                                                                                       Aclara tus diferencias, te habrás quitado un peso de encima.

Ya sabemos que la mayor distancia entre dos personas es un malentendido

También es importante que aceptes a los demás tal y como son y que elijas como amigos las personas que te hacen sentir bien.

Recuerda que no somos nadie para imponer nuestra visión a los demás y mucho menos para exigirles que sean de una determinada manera.

Una de las preguntas que más insistentemente ha intentado responder la filosofía es la siguiente:

¿cuál es el punto en el que uno debe dejar de luchar por cambiar algo y empezar a aceptar lo que ocurre?

ACEPTACIÓN Y RESIGNACION

La aceptación nos ayuda a recuperarnos, Aquellas situaciones que escapan a nuestro control nos desgastan psicológicamente mucho menos si los interpretamos a través de la aceptación, y no de la resignación.

La resignación alimenta la pasividad

Resignarse a algo significa que estamos más predispuestos a dar por imposibles mejoras que, en realidad, no tienen por qué serlo.

La aceptación nos ayuda a ver las cosas con perspectiva

Una persona que abraza lo inevitable a través de la aceptación nota cómo el dolor emocional que experimenta se ve amortiguado, no le produce tanto malestar.

El motivo es que vive ese momento adoptando una perspectiva distanciada, como si todo lo viésemos alejándonos de nuestro cuerpo.

Este desplazamiento de la atención hacia la situación general, y no solo hacia lo malo, es muy útil como ingrediente para la resiliencia, es decir, la superación de las crisis.

Podemos amargarnos la vida ejemplo de los zapatos pequeños…

En “EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA”

No confundamos El arte de amargarse la vida del psiquiatra Paul Watzlawick, este tiene más de 30 años aunque sigue de plena actualidad Y “EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA”

En el que Rafael Santandreu explica que muchos de los problemas emocionales actuales son causa de una mala filosofía de vida.

Con gran facilidad nos creemos deprimidos, ansiosos o muy desgraciados.

El arte de no amargarse la vida cuenta que todos estos trastornos emocionales podrían calificarse de terribilitis.

Rafael Santandreu, expone en esta obra un método práctico y claro, aunque completamente científico, para caminar hacia el cambio psicológico.

Nuestro destino es convertirnos en personas más fuertes y felices y cómo transformarnos a nosotros mismos.

De deprimidos, ansiosos o “cascarrabias” podemos convertirnos en hombres y mujeres serenos, alegres y optimistas, con la ayuda de un psicoterapeuta o ¡por nosotros mismos! Si nos lo trabajamos.

Como indica el autor, la vida no es fácil, y está llena de retos y acontecimientos adversos que necesitan ser resueltos.

No sólo es reflexionar, hay que pasar a la acción, aunque no sin esfuerzo, al tiempo que nos prepara para una vida futura más plena y gratificante.

Transformarse en alguien positivo es esencial para disfrutar de la Vida. La fuerza emocional es el principal pasaporte para ir por el Mundo.

Cambiar es posible. Nos costará un esfuerzo continuado, pero se puede lograr.  

El arte de amargarse la vida mediante la tortura mental. La depresión, la ansiedad y la obsesión son nuestros principales oponentes, y cuando nos dejamos atrapar por ellos, lo que perdemos es la facultad para vivir plenamente.

La vida es para disfrutarla: amar, aprender, descubrir…, y eso sólo lo podremos hacer cuando hayamos superado la neurosis (o el miedo, su principal síntoma).

Podemos forjarnos una vida libre de miedos, abierta a la aventura, plena de realizaciones.

Cuando hayamos transformado nuestra mente, seremos más capaces de gozar de las cosas pequeñas y grandes de la vida, podremos amar —y dejar que nos amen— con mayor intensidad y tendremos grandes dosis de serenidad interior.

Seremos un poco más grandes amantes de la vida, de nuestra propia vida.

En la actualidad, la terapia cognitiva es la escuela de psicología con una mayor base científica y la que ha sido mejor respaldada por estudios de eficacia comprobada.

Terapia cognitiva: ¿en qué consiste?. Uno de los elementos que hace más eficaz a la psicoterapia es que parte de una idea muy simple:

el modo en el que somos capaces de adaptarnos bien a nuestras vidas depende, en buena parte, de cómo interpretamos lo que nos ocurre a lo largo de la vida.

se basa en ayudar a la persona a adoptar esquemas mentales más útiles y que le permitan adaptarse mejor a su día a día.

Aaron T. Beck creador de esta terapia observó que aquello que mantenía el malestar en las personas con depresión no era tanto lo que les ocurría objetivamente,

sino más bien su manera de interpretarlo y de extraer un significado de esas experiencias.

Por ello, concluyó que el problema debía estar, sobre todo, en los patrones de pensamiento y en las creencias arraigadas en su forma de “ver” la realidad.

Y me remito de nuevo a Epicteto

“No nos afecta lo que nos sucede,  

sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede”.

El uso del diálogo socrático

Este tiene que ver con la actividad que hizo famoso al conocido filósofo griego, Sócrates.

Este intelectual se pasaba buena parte del día discutiendo con atenienses en la calle, aunque no tanto negando las creencias y las opiniones de los demás, sino dejando que estos fuesen los que revelasen su ignorancia involuntariamente, a medida que el pensador les hacía caer en contradicciones realizando una serie de preguntas e inferencias lógicas.

La idea era que, a partir de la reflexión conjunta, “a dos manos”, aflorase una manera de ver las cosas que huyese de simplismos y que contuviera muchos más matices.

Del mismo modo, en terapia cognitiva los psicólogos no niegan los sentimientos ni las creencias de los pacientes,

sino que les permiten ponerlos a prueba para ver cuáles están manteniendo vivo el malestar a cambio de nada, y cuáles no.

A partir de una técnica conocida como reestructuración cognitiva, …

se pretende que los pacientes reconfiguren su red de creencias para que su interpretación de la realidad evolucione y les ayude a superar la tristeza, la ansiedad y cualquier otro problema de tipo psicológico que pudiesen estar experimentando.

Hay quien suele decir que cuanto más sencilla sea nuestra forma de existencia menos preocupaciones tendremos y menos errores cometeremos.

Ahora bien, cada cual es libre de complicarse la vida tanto como desee.

Todos tenemos derecho a asumir riesgos, proyectar sueños y a tener un círculo social tan amplio y variado como queramos.

La clave de todo no está en llevar una vida sencilla sino en ser sencillos de pensamiento y saber qué es lo importante.

Qué es lo que de verdad hace feliz a nuestro corazón y nos identifica.

A partir de ahí, todos nosotros somos libres de edificar nuestros microuniversos particulares.

Hay un dato que me llama la atención, Google publicó cuáles son las búsquedas más comunes entre los usuarios. Entre ellas, la que casi siempre es tendencia es una en concreto: “¿cómo ser feliz?”

Ser feliz es cerrar los ojos y no desear nada más, y para ello, basta con que dejemos de medir la felicidad por el dinero que tenemos o dejamos de tener: sino por aquellas cosas sencillas que no cambiaríamos ni por todo el dinero del mundo.

Te gustaría, sin duda, que todo fuera más fácil, y de ahí, que en ocasiones nos sintamos como perdidos ante tantas presiones, tantas obligaciones que día a día, nos alejan de lo que de verdad, es esencial.

Por ello, sería interesante pensar unos instantes en estos aspectos.

Practica la humildad en tu vida

La humildad es una virtud que escasea en nuestra sociedad, pero que tiene muchos beneficios si la ponemos en práctica día a día.

Llevar una vida plena y consciente

Llevar una vida plena y consciente es saber entender en qué momento de tu vida estás, y en sentir tu presente, el aquí y ahora.

Hemos de ser conscientes de lo que nos dice nuestro corazón y de las necesidades que tienes a tu alrededor.

Vivir una vida plena es comprender también que cada esfuerzo vale la pena, porque cada cosa que haces te hace feliz y ofrece felicidad a los tuyos.

El placer de lo simple es una actitud

No todas las personas saben disfrutar de las cosas sencillas que les ofrece la vida.

Tal vez porque son incapaces de verlas, otras porque no las aprecian y se inclinan más por el apego material, por la satisfacción inmediata, esa que no perdura…

Respira, ama, sé feliz, disfruta de las cosas sencillas de la vida… Esto es lo único urgente, lo demás, aunque no lo creas es secundario.

Disfrutar del placer de lo simple es una actitud que muchos cultivan porque ya disponen de una adecuada paz interior y sin artificios.

El goce de lo simple les llega a algunos después de un largo recorrido donde de pronto, hacen acto de conciencia y descubren placeres que antes no habían tenido en cuenta:

El placer de las buenas amistades.

De un buenos días y una caricia inesperada.

De la risa contagiosa de un niño.

De ese viento embriagador después de una tormenta

De un sol que se hunde en el océano en un silencio absoluto

De un despertar de domingo sin ninguna preocupación en la mente…

No dudes en practicar esta sencillez de pensamiento y emociones en tu día a día,

porque cuando encontramos al final esa felicidad interna, ésta durará para siempre porque estará conectada a nuestro ser verdadero.

VINISTES A SER FELIZ , NO TE DISTRAIGAS

Carpe diem VIVE EL MOMENTO

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