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¿Cómo saber si necesito ir al psicólogo?

¿Cómo saber si necesito ir al psicólogo?

En ciertas etapas de la vida, nos encontramos en la situación de que no sabemos resolver ciertos problemas y las emociones están más allá de lo que podamos soportar.

Nuestros seres queridos nos aconsejan ir al psicólogo, pero muchos lo desestiman.

Esto se debe a que hay personas que consideran que ir al psicólogo o hacer terapia es “sólo para los locos”.

Pedir ayuda a un psicólogo no es ningún signo de debilidad, sino todo lo contrario, de inteligencia y de autoconocimiento.
Denota una persona con apertura y afrontamiento ante las dificultades.

Dar el primer paso para ir a la consulta es el más complicado, no sólo por ese pensamiento sino también por la vergüenza o el temor a que lo consideren “fuera de sus cabales”

A pesar de que se ha avanzado bastante en el mito del papel de los psicólogos, todavía la sociedad sigue relacionando esta profesión con la locura.

Según los profesionales, es el miedo a “sacarnos la coraza” lo que nos aleja de la terapia.

Ir al psicólogo para mejorar

La razón principal por la que una persona va a terapia básicamente es porque no se encuentra a gusto consigo misma en lo emocional  y muchas veces repercutiendo en  lo físico.

No existen normas en relación a cuándo acudir al psicólogo, todo depende de cada uno.

Tampoco que sea “obligatorio” hacerlo.

Es verdad que tenemos días en los que no queremos hacer nada, nos sentimos deprimidos, cansados o estresados.

Eso no es para ir al psicólogo.

Los días malos donde estamos cansados de la vida y del ajetreo es preciso hacer una pausa, respirar profundo y seguir adelante.

Ahora ….Cuando el malestar nos invade día tras día

¡Atención! En el momento en el que los días malos sean algo recurrente, la regla y no la excepción, es cuando debemos preguntarnos si no es bueno buscar algún tipo de ayuda externa

Los psicólogos son realmente muy útiles cuando nos sentimos tristes sin saber realmente por qué, nos cuesta salir a la calle, la apatía nos gobierna, no entendemos la vida y por qué estamos en un lugar determinado, no tenemos ganas de salir de la cama o de cumplir con las obligaciones, no deseamos comer ni bañarnos, etc.

Cuando los miedos y la depresión son los que gobiernan nuestra vida, no podemos disfrutar de lo más básico como una charla entre amigos o una salida al parque, nos cuesta mucho hablar en público, tenemos miedo irracional a la muerte o a que pase algo malo, no podemos estar en un sitio cerrado, también es bueno pedir ayuda a un profesional.

Aquellos que desean tener todo siempre controlado, sus obsesiones son muy grandes y limitan las actividades diarias, si no puedes ver que las cosas no salgan como quieres, o te pasas horas limpiando el mismo sitio (como las manos, la ropa, etc), si tienes miedo a contagiarte todas las enfermedades que existen y somatizas cuando lees o escuchas sobre una dolencia en particular, si no puedes dejar de visitar al médico…

la manera de decidir cuándo acudir a la consulta de un psicólogo está íntimamente reacionada con el grado de afectación de ese problema a la vida diaria de la persona.

Es decir, cuando tienes un problema que te desborda e imposibilita tu vida diaria de la forma deseada; y te causa un malestar y un deterioro en sus distintas áreas de funcionamiento de manera habitual.

Así, en el momento en que esas dificultades tengan una duración, una intensidad y una frecuencia anormal, hemos de visitar al especialista.

No obstante, en muchas ocasiones el afectado no se da cuenta de que su calidad de vida está minando debido a esa dificultad.

Y, en esos casos, son los familiares o los más allegados los que alzan la voz de alarma y recomiendan a esa persona acudir al psicólogo.

Es fundamental dejarse ayudar, dado que a veces necesitamos que alguien nos dé ese empujoncito para tomar la decisión de erradicar el problema que nos atormenta.

Si tienes conductas repetitivas y poco comunes (comprobar una y otra vez si cerraste la puerta, por ejemplo) tal vez sea un buen momento para asistir a una consulta profesional

Otras razones recomendables por las que ir al psicólogo

Y las razones para ir al psicólogo todavía son más: estar demasiado irascible o no poder parar de llorar ante cualquier comentario,

problemas serios para conciliar el sueño o concentrarse, ver la vida en negativo,

dificultad para comunicar los sentimientos,

no saber decir que “NO”,

falta de deseo sexual, culpa irracional por ciertas actitudes o pensamientos, nervios, ansiedad, etc.

A veces puede ser una depresión oculta

Si ha fallecido un familiar, te has divorciado de tu pareja o piensas que es la mejor alternativa, si hubo casos de infidelidad, malos tratos, problemas con amistades,

es buena idea charlar del tema con un psicólogo, quién tendrá una mirada objetiva de los hechos.

Y por último, si has sufrido algún trauma en tu niñez como maltrato, abuso, violencia también es recomendable hacer terapia psicológica, ya que estas vivencias dejan secuelas en el comportamiento al ser adultos, por eso vale la pena hablar de ellas, aunque causen mucho dolor.

MITOS EQUIVOCADOS Y REALIDADES
MITO
Tengo que estar muy mal para ir al psicólogo

REALIDAD La psicología puede ayudar a todo aquel que lo esté pasando mal emocionalmente y a todo aquel que quiera conocer mejor lo que realmente siente y piensa.                                                        Ayudando a desarrollar técnicas o entrenar de habilidades.


MITO El psicólogo habla igual que un amigo

REALIDAD La terapia es un proceso donde se aplican técnicas adecuadas a cada caso con una metodología y objetivos acordados  Está científicamente validada.


MITO En terapia te pasas toda la vida

REALIDAD La duración de la terapia es variable, según sea la situación de la persona. Habitualmente es suficiente estar algunas sesiones  acudiendo a una cita semanal y en la mayoría de los casos cada dos semanas.

MITO Voy a acupuntura, hace lo mismo

REALIDAD La acupuntura es muy eficaz para aliviar la intensidad de los síntomas y regula energéticamente y la psicología se encarga de ayudarte a encajar las cosas en tu mente. Son, pues, complementarias.

MITO Tomo pastillas y ya está

REALIDAD La medicación regula fisiológicamente, pero nunca va a la causa del problema. Enmascaran las emociones


MITO La terapia psicológica es para locos o para casos perdidos.

REALIDAD. El verdadero fin de la terapia psicológica, cualquiera que sea, es que el paciente o usuario aprenda significativamente a utilizar herramientas que le permitan una mejor adaptación a su entorno y conseguir sus objetivos vitales acorde con los valores personales.

MITO Todas las terapias psicológicas duran muchos años.

REALIDAD Las terapias actuales tienen como objetivo el problema actual por el que acude el paciente.

Terapeuta y paciente establecen conjuntamente los objetivos de la terapia, y la agenda y para que el trabajo realizado tenga un rumbo.

En definitiva, no hace falta tener una situación extrema para acudir a un psicólogo.

No todo el mundo que acude al psicólogo tiene que tener un trastorno psicológico.
La persona que acude por primera vez al psicólogo se va a encontrar con una persona cercana, que empatiza, que entiende lo que le pasa y que le ayudará a resolverlo sin juzgarlo
Pedir ayuda a un psicólogo no es ningún signo de debilidad, sino todo lo contrario, de inteligencia y de autoconocimiento. Denota una persona con apertura y afrontamiento ante las dificultades.

Si necesitas ayuda, solicítala

¿Qué es la psicoterapia?


La terapia psicológica es un estilo de asistencia directa, centrada en el (paciente) para provocar un cambio en el comportamiento, ayudando a explorar y resolver indeterminaciones.


El objetivo es que la persona que acude a consulta aumente su capacidad para resolver sus problemas y para satisfacer sus necesidades, facilitando una buena relación consigo misma, con los demás y con el entorno.

Es decir, restablecer el bienestar de la persona, desarrollar habilidades y recursos.


La Psicoterapia ayuda a la persona a ver y comprender lo que está pasando, cómo ha llegado a esa situación y a partir de ahí, desarrollar los posibles caminos o salidas, elegir el camino o caminos y ofrecer los apoyos necesarios para poder actuar.

Los problemas que llevan a las personas a terapia son preocupaciones: (Pérdida de interés y sentimientos de abrumación, depresión, dificultades interpersonales, ansiedad , problemas de autoestima, problemas sexuales, fobias y temores, dificultades laborales, sentimientos de culpa, problemas de concentración, etc.), o simplemente no sabes que decisión tomar.

Y la mejor de todas mejorar su estado emocional

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