Blog

AUTOESTIMA

Autoestima

Uno de los problemas más frecuentes en mi consulta es la baja autoestima. La baja autoestima conlleva una percepción negativa sobre uno mismo, y es un factor que nos puede limitar mucho en nuestra vida diaria.

Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los pacientes no saben identificar que sufren una autoestima baja. ¿Por qué?

Porque la baja autoestima conlleva a otro tipo de problemas que son la supuesta causa por la que acuden al psicólogo, problemas como síntomas de ansiedad, de depresión, problemas de conducta, estrés, adicciones, etc. y aquí van unos consejos para saber identificar qué es lo que nos están pasando y cómo podemos solucionarlo.

Es fácil aumentar la autoestima, solo hay que ponerle un poco de empeño.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, la valoración que realizamos basándonos en nuestras experiencias.

¿Qué síntomas me pueden avisar de que tengo la autoestima baja?

Algunos de los síntomas principales que nos pueden advertir de que nuestra autoestima no está en el mejor momento son los siguientes:

No tengo seguridad en mí mismo

No expreso mis gustos u opiniones por miedo a ser rechazado o por pensar que mis opiniones no tienen el mismo valor que las opiniones de los demás

No me siento merecedor de las cosas buenas de la vida

No me esfuerzo por conseguir lo que quiero ya que de antemano creo que no lo voy a lograr

No me relaciono con los demás como me gustaría ya que pienso que no voy a hacerlo bien y me van a dejar de lado

Necesito la aprobación de los demás con mucha frecuencia

Me dejo pisar con facilidad ya que no me atrevo a imponerme cuando es necesario

Veo al resto de personas como superiores a mí y me gustaría ser como ellos

Temo decir lo que siento ya que tal vez no les guste a los demás lo que digo

Suelo atribuir a causas externas mis logros y a causas internas mis fracasos

Casi nunca estoy contento con lo que hago ya que creo que podría estar mejor

No me siento feliz

Me cuesta acabar lo que empiezo ya que me desmotivo con mucha facilidad

La toma de decisiones se convierte en algo muy difícil ya que creo que decida lo que decida va a ser la opción incorrecta así que me dejo llevar por lo que decidan los demás, aunque sea de mi propia vida

Pienso en mis debilidades y casi nunca me paro a pensar en mis fortalezas

Me siento nervioso la mayor parte del día

Me es casi imposible tomar la iniciativa

Me siento evaluado casi constantemente en situaciones sociales

Me siento culpable

Me siento poco atractivo

Envidio la vida de los otros

Siento que no tengo nada que aportar

Si te has sentido así en varias ocasiones, puede que el resto de tus problemas vengan a raíz de tener una baja autoestima.

Intentemos ponerle solución con unos ejercicios para que empieces a valorarte y a creer en ti.

Podrías llegar a sorprenderte mucho de tus capacidades si te esfuerzas en mejorar tu autoestima.

Según Walter Riso, experto en el tema y autor de varios libros sobre dependencia emocional, los cuatro pilares y componentes que forman la autoestima son:

el autoconcepto, la autoimagen, el autorefuerzo y la autoeficacia.

La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos listos o menos listos, nos gustamos o no.

Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se juntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos.

El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor, mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros.

La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar,   a seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos.

La autoestima nunca va a depender de lo que tienes, de lo que sabes o de lo que eres, va a depender siempre de la aceptación personal.

La autoestima evoluciona a medida que vivimos nuevas experiencias.

Desde niños estamos construyendo al crecer el concepto de nosotros mismos, se va formando una idea de quiénes somos, si gustamos o no, si somos aceptados o no.

El niño irá creándose unas expectativas acerca de sus posibilidades. Se encontrará bien consigo mismo o por el contrario a disgusto con lo que hace.

Así, es en la edad más temprana cuando se va moldeando el concepto de uno mismo, la emoción y el sentimiento hacia nuestra propia persona y, aunque esto no sea completamente inmodificable,

es en esta fase cuando estamos creando unas bases duraderas en el tiempo.

El niño, aquí, compara su yo real con su yo ideal y se juzga a sí mismo por la manera en que alcanza los patrones sociales y las expectativas que se ha formado de sí mismo y de qué tan bien se desempeña.

¿Conoces muy bien tus debilidades, pero podrías listar tus fortalezas?

Descúbrelas y aprende a potenciarlas

Los eventos que tienen mayor influencia suelen ser aquellos que marcaron nuestra infancia, como la manera en que nos trataron nuestros padres, profesores o amigos.

Desarrolla tu crecimiento personal con lo que podrás encontrarte mejor contigo mism@

Las características principales de la autoestima es que NO es innata, esto es, se va formando, desarrollando y modificando con la experiencia y a lo largo de nuestra vida.

Por tanto está muy influenciada con nuestro contexto.

De esta forma la persona terminará desarrollando una autoestima alta y sana o por el contrario una autoestima baja.

Componentes de la autoestima

Componente Cognitivo: Lo que pensamos acerca de nosotros mismos. Incluye la opinión, ideas y creencias que se tiene de la propia personalidad de la conducta y de uno mismo.

Componente Afectivo: Juicio elaborado sobre lo que sentimos, cualidades personales, la respuesta afectiva ante la percepción de uno mismo.

Componente Conductual: Lo que hacemos, nuestra decisión e intención de actuar.

¿Cómo mejorar la autoestima?

Cuando una persona tiene la autoestima baja no se quiere, no se acepta y no valora sus cualidades que muchas veces no será capaz ni de verlas.

Probablemente deje de acudir a encuentros sociales, deje de probar cosas nuevas y de enfrentarse a retos por miedo a no conseguirlos ya que seguramente crea que no será capaz de lograrlo y le falte seguridad en su día a día.

A continuación te damos técnicas, estos ejercicios si los pones en marcha te ayudarán a aumentar la autoestima. ¡Siempre es buen momento de empezar a aplicar estos ejercicios!                                  ¡Trabaja Tu Autoestima con las siguientes actividades!

Busca y encuentra el origen de tu baja autoestima

Como te diría un buen arquitecto, no se puede empezar la casa por el tejado, así que para poder mejorar tu autoestima, primero tendrás que encontrar el origen de todo.

¿Un consejo para ello? pregúntate por lo menos hasta en tres ocasiones el “¿por qué?” de tus miedos.

¿Por qué me da miedo ir a la entrevista de trabajo? Porque no me van a coger.

¿Por qué creo que no me van a coger? Porque no soy competente. ¿Por qué creo que no soy competente?

Porque de pequeño suspendía mucho y me decían que nunca iba a conseguir nada laboralmente hablando. ¡Bingo! Ahí lo tienes.

Hazlo, inténtalo aunque puedas fracasar

El ser humano tiende a evitar y a no enfrentarse a lo que teme y le provoca miedo, esta es la salida más sencilla, rápida y fácil a corto plazo ya que elimina la ansiedad que la situación provoca.

Pues bien, ahora se sabe que el principal enemigo de nuestra autoestima baja es, sencillamente, no hacer nada.

Y es que se ha comprobado que la autoestima no depende del resultado de tus actos.

Depende simplemente de que actúes.

De esta forma la autoestima aumenta cuando te enfrentas a las circunstancias, y disminuye cuando las evitas. Así de sencillo.

¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?

Muchas personas se preguntan si hay alguna manera de mejorar su propia autoestima.

Obviamente no existe ninguna poción mágica, sino que debemos tomar conciencia de que solo cada persona puede mejorar en este sentido a base de constancia y siguiendo algunos consejos basados en la evidencia científica.

1. Deja de machacarte

Tenemos que ser realistas tanto con nuestras virtudes como con nuestros defectos. No somos perfectos, pero la intención no es serlo.

El objetivo es ser feliz. Así que para lograrlo debemos aceptar las cosas que no hacemos tan bien y aprender de ello.

Y por supuesto, no restarle importancia a las cosas que sabemos hacer bien, sino valorarlas como se merecen.

Vamos a observar y ser conscientes de lo bueno que tenemos, de lo bueno que somos, de lo bueno que hacemos. ¿Por qué seguir pensando que soy un desastre? ¿A dónde me ha llevado este tipo de razonamiento?

2. Empieza a pensar en positivo

Cambia tus pensamientos. El ”no puedo” por “voy a intentarlo”, “voy a tener éxito” “me va a ir bien”.

Parece un tópico pero forzarse un poco a mirar las cosas buenas de la vida nos puede ayudar a salir de la dinámica negativa.

Si nos damos cuenta de que tenemos muchas cosas a valorar, es más fácil que salgamos del bucle negativo.

3. Ponte metas realistas

Y que puedas cumplir. Metas a las cuales sea relativamente fácil llegar.

Poco a poco las podemos aumentar, y veremos que paso a paso estamos consiguiendo lo que nos proponemos.

Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez. Atrévete a afrontar retos.

4. No te compares

Cada persona es un mundo y tú eres el dueño del tuyo.

Céntrate en ti. En tu vida. Envidiando e idealizando la vida del resto lo único que conseguiremos es sentirnos desgraciados.

Todos tenemos algo bueno que aportar, y de nosotros depende encontrar el camino indicado.

5. Acéptate y perdónate

Escribe una carta en la que describas todo aquello que no te gusta de ti, y todo aquello de lo que te sientes culpable. No te dejes nada.

Léela con atención y valora lo que puedes mejorar. Despídete de esa carta y pártela en mil pedazos.

A partir de ese momento empieza de cero, con todo lo que has aprendido pero dejando atrás la culpabilidad.

Aún estás a tiempo de hacer borrón y cuenta nueva.

6. Haz críticas constructivas acerca de ti mismo

Que todo lo que te digas sirva para mejorar, no para estancarse y culpabilizarte.

Asimismo, aprende a encajar las críticas de forma que no te afecten.

7. Trátate con cariño y respeto, siempre

Eres lo mejor que te ha pasado, así que demuéstratelo. Tienes derecho a ser feliz. Y a hacer feliz a los demás contagiándoles tu optimismo.

8. Regálate tiempo

Haz actividades que te hagan feliz. Es la mejor manera de encontrarse con uno mismo y desarrollar tus habilidades sin prisa pero sin pausa.

9. Supera tus lastres

Hay personas que viven arrastrando mochilas llenas de peso: trabajos que no les satisfacen, relaciones que no les aportan nada, hábitos que no les gustan…

Para superar todos estos lastres, es preciso tomar cierto control sobre la situación, pensar en positivo y tratar de cambiarlas.

10. Cada noche antes de acostarte…

…Piensa en las cosas buenas que te ha traído el día, los retos superados, los errores que hemos cometido y cómo podemos mejorar.

Intenta, durante 30 días, poner en práctica estos consejos.

Ya verás que cuando finalice el mes te sentirás mejor y muchos de los síntomas que sentías desaparecen. Y recuerda, hay una única persona capaz de cambiar tu vida, y esa persona, ¡eres tú!

11. Rodéate de personas que te sumen

El entorno en el que nos movemos influye enormemente en nuestra autoestima.

Si estamos rodeados de personas que nos critican constantemente o que nos hacen sentir insuficientes, será difícil desarrollar una visión positiva de nosotros mismos.

Es importante identificar qué relaciones nos aportan bienestar y cuáles nos restan energía.

Rodéate de personas que te apoyen, te animen y te hagan sentir valorado.

No tengas miedo de alejarte de aquellos que constantemente minimizan tus logros o te llenan de inseguridades.

12. Cuida tu lenguaje corporal

Tu cuerpo también influye en cómo te sientes contigo mismo.

Una postura encorvada, evitar el contacto visual o moverte de forma insegura pueden reforzar la sensación de baja autoestima.

En cambio, si adoptas una postura erguida, haces contacto visual y caminas con seguridad, tu cerebro recibirá señales de confianza.

Haz la prueba: la próxima vez que te sientas inseguro, endereza la espalda, levanta la cabeza y sonríe.

Notarás cómo cambia tu estado de ánimo. El lenguaje corporal puede ser una poderosa herramienta para mejorar la confianza en uno mismo.

Aprende a quererte a ti mismo

Y REPITO Intenta, durante 30 días, poner en práctica estos consejos. Ya verás que cuando finalice el mes te sentirás mejor y muchos de los síntomas que sentías desaparecen.

Y recuerda, hay una única persona capaz de cambiar tu vida, y esa persona, ¡eres tú!

Solo necesitas estar dispuesto.

 Estar presente. 

 Seguir las señales. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *