Blog

Personas Bonitas Almas Bellas

Personas Bonitas Almas Bellas

Personas sensibles, no frágiles

Haciendo gala de su gran sensibilidad, estas personas no solo sienten y piensan por ellos, sino por su entorno.

Tienen una gran capacidad para empatizar, captar, proteger y lidiar con las emociones ajenas. Esto es lo que las hace grandes y bellas.

Personas significativas que enriquecen, que suman y no restan

Las personas bonitas son especiales, no se distinguen por la cara, sino por el alma.

Son personas valientes, personas sencillas por dentro y por fuera, personas que viven seriamente sus sentimientos y que valoran en la misma medida los de los demás.

Hay personas que aparecen en nuestra vida como traídos por un causal- designio en el momento más adecuado.

Son un soplo de aire fresco que reconforta mente y alma, que encaja en nuestros valores y que se instala en nuestro corazón casi sin permiso.

Es posible que identifiques a este tipo de personas en algún familiar, en un amigo o incluso, por qué no, en nuestra pareja.

Si es así, si ya cuentas con esa presencia positiva y reconfortante, no la pierdas. Atiéndela, cuídala y déjate envolver por cada uno de sus estímulos positivos.

Suele decirse que hay presencias irrepetibles a lo largo de nuestra vida, personas que dejan huella.

Puesto que todos somos breves inquilinos de este mundo, no dudes en aprovechar cada instante, cada momento en su compañía.

Las personas más bonitas que conozco decía Elisabeth Kübler- Ross

“Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades.

Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.”

Las personas más bonitas que conozco son las que se han enfrentado a la vida, a su dureza y a su injusticia.

Son las que se han sentido vulnerables y sin esperanza, las que han sufrido en su piel verdaderos desgarros y problemas.

La gente bella no es necesariamente la más linda por fuera pero disfrutan de una belleza especial.

Son personas bonitas las que han sabido perdonar, seguir hacia adelante y tender una mano aunque les acompañase la derrota, descubriendo así la grandeza de su ser.

Son esas personas que han tocado fondo, que han sido golpeadas con dureza por destino o por casualidad. Verdaderamente están a otro nivel.

Son mujeres y hombres que en algún momento perdieron aquello que les daba la vida, la alegría y las ganas de seguir pero que encontraron en su interior el impulso que necesitaban.

Esta es la mayor belleza que conozco porque eclipsa lo banal, lo superfluo, lo trivial y esas pequeñeces que tan importantes nos parecen a veces.

Han impedido que el sufrimiento les quite de forma prematura la vida y no quieren hacer de lo ocurrido su pesar.

Quizás es ese equilibrio lo que les proporciona otra aura que les hace dignos de admirar.

Conocen el miedo y la desesperación tan de cerca que no han tenido más opción que confrontarlos.

Estas personas son conscientes de que, ante un problema, hay una infinidad de maneras de afrontarlo.

No es que sean mejores o peores, es que han desarrollado una capacidad única para hacerles frente. Eso, sin duda, los hace especiales.

En un primer momento es probable que, como todos nosotros, se nieguen a aceptar lo ocurrido y no sean capaces de medir el alcance de lo que les viene encima.

Como es lógico, también se enfadan, se entristecen, tienen sus bajonas.

En lo que se diferencian es en su extraordinaria capacidad de renacer.

En verdad son héroes, la única realidad que contemplan es la importancia de la vida y, por eso, no ven el sentido a complicársela más allá de los miles pensamientos que desanudan cada día.

Precisamente sorprende de ellos su riqueza emocional y la capacidad para cuadrar las cuentas con sus sentimientos.

Estas personas no ven el vaso ni medio lleno ni medio vacío, ven en él algo que pueden beber y utilizar.

Ellos y ellas saben que no eres rico hasta que no tienes algo que el dinero no puede comprar.

Conocen la importancia de empatizar porque entienden la necesidad de que alguien se preocupe por cómo nos sentimos y no por juzgarnos.

Conocen la importancia de ser leales y de apreciar a quien, en su sufrimiento, no se separó de ellos.

Comprenden que cualquier cosa puede desaparecer en un instante y es por eso que conocen lo importante que es ser amable, mantener el buen humor y disfrutar de la vida cada día.

Todo el mundo sufre contratiempos en la vida.

Cuanto más numerosos son, más aprendemos y maduramos. 

Se suele decir que cuando se aprende la lección el dolor desaparece, aunque queden cicatrices en nuestro cuerpo y nuestro alma.

Es por esto que, las personas más bellas que conozco son las que no han tenido fácil recorrer los caminos de su historia.

No es que hayan vencido al miedo y al dolor, es que ellos saben que no se puede sanar lo que te niegas a afrontar.

Las buenas personas están hechas de acero inolvidable

 Son esas personas que te abrazan y recomponen tus partes rotas. Con las que has recorrido la vida.

Las que te enseñan por las buenas y sin juzgarte.

Las que te muestran el mundo como un lugar maravilloso en el que vivir.

Nos duele especialmente que la vida les haga daño, pues en nuestro ideal de mundo justo no concebimos que esto tenga que pasar.

Sin embargo, hay una gran parte de buenas personas que lo son precisamente a raíz de estos golpes.

La gente buena es sabia porque, de forma consciente o inconsciente, entiende de lo que se trata: lo que hacemos por los demás lo hacemos por nosotros mismos.

Las personas más bonitas que conozco son las que se han enfrentado a la vida, a su dureza y a su injusticia.

Son las que se han sentido vulnerables y sin esperanza, las que han sufrido en su piel verdaderos desgarros y problemas.

La gente bella no es necesariamente la más linda por fuera, pero disfrutan de una belleza especial.

Son personas bonitas las que han sabido perdonar, seguir hacia adelante y tender una mano, aunque los acompañase la derrota, descubriendo así la grandeza de su ser.

Pero, sobre todo, las personas de acero inolvidable, son las buenas personas por las que cada día coleccionas motivos por los que merece la pena esforzarse y ser feliz.

Las buenas personas no son prepotentes ni paternales, sino que, al contrario, son personas pacientes.

Porque la paciencia es la virtud que enmarca la capacidad de dar libertad y margen de error a las personas que tenemos delante.

La bondad auténtica es tener el valor de salir en defensa de lo que está bien

El arte de la bondad es un bien escaso, pero quizás más común de lo que creemos.

No todos somos buenos y malos en nuestra totalidad, pues en nuestro interior damos cabida a todo.

Además, esto generalmente depende del cristal desde el que se mire.

Sin embargo, hay ocasiones en las que nos tropezamos con personas que no están corrompidas por la sociedad y sus intereses, y que son incapaces de hacer daño a una mosca.

Puedes reconocerlas fácilmente, pues desde que las conociste eres mejor persona, te han fortalecido y han enriquecido tu interior.

Las buenas personas tienen un sentido justicia y del bien que es especial.

Sus palabras siempre son esperanzadoras y, si tienen que elegir, te darán una lección de vida.

Son personas íntegras que van más a allá de las obligaciones morales y siempre tienden su mano para ayudar.

Hacen lo correcto, aunque nadie esté mirando y eso es lo que las hace valiosas.

Decía -Esopo-

“Ninguna buena acción, por pequeña que sea, será una pérdida”

Ser buena persona es una de las mayores cualidades que podemos alcanzar

En algunas personas es innato y solo unos pocos afortunados tienen la dicha de ser sensibles al sufrimiento ajeno y a la capacidad de ayudar.

Lo positivo de esto es que todos podemos ser personas buenas e íntegras. Lo que llama la doctora Marian Rojas “PERSONAS VITAMINAS

¿Qué son las personas vitamina?

Son esas personas que trasmiten buena energía, que te recargan el ánimo y que cuando vuelves para casa llegas con mucho mejor humor, más positivo/a y entusiasta, con ganas de vivir.

Y no es que solamente se haga broma y se hable desde el humor, también se pueden exponer problemas y situaciones tensas, pero el resultado es ver la vida desde un punto de vista más optimista y resolutivo y no desde la queja y el recrearse en ella.

La concepción de personas vitamina, según Marian Rojas Estapé, psiquiatra y escritora, hace referencia a aquellos individuos que pueden hacer que los demás brillen y se sientan mejor. Según sus propias palabras,

“Una persona vitamina es la que disfruta de tus cosas buenas incluso más que tú”.

La psiquiatra Marian Rojas Estapé dice que vivimos en modo estrés y en estado de alerta y que esto activa el cortisol.

La llamada hormona del estrés nos sirve para afrontar retos, pero si la generamos continuamente, nos intoxica y nos altera desde el estado de ánimo hasta la salud de la piel.

Cuando esto ocurre nos conviene más que nunca energía positiva, y esta es la que nos transmite una “persona vitamina”.

Así califica Marian Rojas las personas que nos apoyan, las que nos inspiran, las que nos animan, las que nos transmiten confianza, todas las que sacan lo mejor de nosotros mismos.

Y así como el estrés pulsa el botón del cortisol, las personas vitamina abren las puertas de una sustancia que nos hace sentir bien: la oxitocina u hormona del amor.

Hasta hace poco se le asociaba al parto y en la lactancia, pero los últimos estudios científicos aseguran que aparece como protagonista en otras escenas de nuestra película vital.

Encontramos oxitocina…

-En aquel abrazo intenso que nos dibuja una sonrisa desde el primer segundo.

-En esa mirada de confianza que nos lanzan en una reunión cuando nos encontramos en un atasco mental.

-En aquella frase de ánimo que alguien nos dice justo cuando nos sentimos aislados de todo y todos.

-Cuando mantenemos relaciones intimas.

Encontrar a tu persona vitamina también da respuesta a preguntas como por qué hay gente pegada a relaciones complicadas o si la educación que hemos recibido influye en las parejas que elegimos.

Para acercarse lo máximo posible a las personas vitamina, Rojas nos recomienda evitar o aprender a gestionar las que precisamente no lo son en absoluto.

La autora no les llama personas tóxicas porque dice que lo que es tóxico no son ellas sino el efecto que nos producen. Y su guía para identificarlas es esta.

Las personas que no nos convienen

-La persona egoísta. Hace sólo lo que quiere ella. Rojas la define como la “yo, mi, me, conmigo”.

– La negativa. Es la queja personificada.

– La envidiosa. Es aquella persona que sufre cuando a otra le van bien las cosas y necesita criticarla y humillarla.

– La víctima. Su vida es un auténtico drama y siempre tiene una excusa para todo. Y la culpa, evidentemente, siempre la tienen los demás.

– La amargada. Tiene la capacidad de apagar nuestra luz, dice Rojas, en cuestión de minutos.

– La persona que juzga. Opina sobre cualquier cosa que tiene que ver contigo y con tu vida.

– La que critica. Siempre tiene una palabra negativa para quien no está presente.

– La manipuladora. Suele tener muchísima memoria y tiene una enorme influencia sobre nosotros.

– La dependiente. Es aquella que siente que necesita tanto otra persona que lo acaba esclavizando y negándole su propio espacio.

– La persona ‘put drama in your life’. Rojas dice que este perfil de persona si no tiene un drama se lo inventa.

– Y, finalmente, la persona con trastorno límite de la personalidad. Viven las emociones y las situaciones al límite.

¿Cómo saber si eres una persona vitamina?

Las personas vitamina tienen una manera de ver la vida determinada, apreciando unos valores y actitudes frente a la vida concretas:

Escucha activa y empatía:

Capacidad resolutiva:

Frente a los problemas proponen soluciones.

Se escucha la situación, pero evitan recrearse y que te recrees en el problema.

Te ayudan a salir de ese pozo de la queja y se centran en la búsqueda de soluciones.

Optimismo:

La tendencia es a ver el vaso medio lleno siempre y a hacer fuerzas de flaqueza.

Tienen la capacidad de ver el lado positivo de todo y ante la adversidad, nunca dramatizan ni te hacen dramatizar.

Te ayudan a ver la parte buena o a buscar el aprendizaje de cada situación vivida, de cada error y de cada experiencia.

Sentido del humor:

se habla de lo bueno y lo bonito de la vida, tienen y te trasladan una energía positiva que se va contagiando por donde vas, se recargan las pilas y disfrutas de los momentos degustándolos por completo.

Evitación de la crítica a los demás:

El foco no se pone en los otros.

Así como las personas tóxicas necesitan sentirse por encima de los demás y critican a todo el mundo para sentirse mejor con ellas mismas, las personas vitamina nunca harán eso.

No quiere decir que no critiquen nunca ni se quejen, también tienen derecho a hacerlo, pero no se centrarán en criticar a los demás como su deporte nacional.

Viven el presente:

Recrearse en lo que pasó y ya no se puede cambiar no sirve para nada, del mismo modo que no se puede hacer nada con el futuro que aún no ha llegado y no se puede actuar en él.

Las personas vitamina lo saben y viven el presente intensamente.

Para ser una persona vitamina requieres escucharte y trabajar en tu interior.

Teniendo una mente y un cuerpo sano podemos convertirnos en personas vitamina para los demás.

Por ello, si quieres mejorar en ti, siempre puedes contar con la ayuda de un profesional de la salud mental.

¿Qué beneficios aporta ser y/o rodearse de personas vitamina?

Mejora el estado de ánimo y la salud:

Está demostrado científicamente que reírse cada día hace tener una mejor calidad de vida, previene enfermedades cardiovasculares y trastornos psicológicos.

Si te rodeas de personas vitamina tus días serán más divertidos y alegres, y por tanto, tu estado de ánimo general se acabará contagiando de ello.

Ayudan a ser más resolutivos:

Recrearse en los problemas no es la solución. Una cosa es desahogarse, lo cual está bien, pero una vez expresados dichos problemas, hay que buscar soluciones y alternativas para mejorar la situación.

Además, aprendes a poner el foco en ti y no en los demás.

Tendemos a compararnos con los demás y es fácil salir perdiendo porque siempre habrá alguien que sea más hábil o mejor que nosotros en algo.

Por tanto, es mejor centrarse en uno mismo, compararse con uno mismo en otros momentos de la vida, ponerse retos y valorar los pasos logrados.

Te sirven de referente para trabajar el optimismo:

El pesimismo no sirve para nada. Hay quien cree que te previene y te prepara para lo malo, pero no es cierto.

Cuando suceden cosas negativas te entristeces igual, así que es mejor pensar que las cosas pueden ir bien porque como mínimo, el tiempo de incertidumbre lo vivirás mejor, tu mentalidad y tu predisposición hará que seas más proactivo

Proactividad significa asumir la responsabilidad y control de las circunstancias de una manera activa, interpretando la realidad y determinando lo que se necesita y el resultado generalmente es mejor que si tu actitud frente a la vida es pesimista.

No es nada mágico, es simplemente que tu actitud a veces puede hacer cambiar las cosas y el resultado de las cosas.

Rodearte de gente optimista te sirve de modelo para actuar y pensar como esas personas y empezar a cambiar tu actitud frente a la vida.

Mejora tu autoestima:

Si eres más optimista, tu estado de ánimo mejora y eres más resolutivo/a, es bastante probable que tiendas a ser más benevolente contigo mismo/a, te valores más, te auto elogies, no re recrees tanto en tus errores ni en los de los demás y por tanto, tu autoestima mejore.

Puedes acabar siendo tú mismo/a una persona vitamina:

Si todo lo anterior se produce, mejora y lo hace durante un tiempo suficiente como para que se acabe convirtiendo en tu filosofía de vida, es bastante probable que acabes siendo tú también una persona vitamina. Genial, ¿no?

Es esa sensibilidad especial las que hace a estas personas inolvidables e incomparables.

Además, hay veces que la bondad se mezcla con la amabilidad, convirtiendo así a la persona en excepcional.

El objetivo de la Inteligencia Emocional es la bondad.

La vida de cada persona afecta a miles de seres en el mundo y, lo que hacemos por otra persona, nos afecta directamente a nosotros. Por lo que es importante aprovechar este efecto multiplicador.

“Alivia el sufrimiento de una persona por la mañana,

y dale alegría a una persona por la tarde.”

Es bueno darse cuenta que cada persona que te encuentras tiene un rol de vida.

Algunos te ponen a prueba, otros te aman, algunos te utilizan otros te enseñan.

Pero los realmente importantes son los que te sacan lo mejor de ti mismo.

Son esas personas poco comunes y extraordinarias que dejan huellas en tu vida y te recuerdan que este mundo aún vale la pena.

Están hechas de otra pasta, de acero inolvidable.

La mejor forma de compensar a una buena persona es a través de la gratitud.

Estas personas son conscientes de que, de una u otra forma, lo que le das a la vida es lo que la vida te devuelve.

Gracias a todas esas personas de acero inolvidable que nos dan tanto sin esperar nada a cambio.

Vuestro valor es incalculable.

Gracias, gracias , gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *