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PROPÓSITO DE VIDA

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PROPÓSITO DE VIDA

¿Cómo encontrar nuestro propósito en la vida?

Muchas personas terminan cayendo en esta trampa, desconectadas de sí mismas, hasta que llega el día en el cual parecen tenerlo todo y, sin embargo, experimentan un profundo vacío interior.

Es por ello por lo que todos deberíamos hacer un trabajo de reflexión de introspección de propósito vital.

Lejos de ser una cuestión que plantearnos una vez que ya hemos entrado en un momento de crisis existencial, lo ideal es pensar en qué es importante para nosotros en la vida de antemano.

Además, es importante señalar que buscar un propósito no es en absoluto una cuestión exclusiva de aquellos con una vida no “resuelta” es también de aquellos que piensan que tienen una vida “resuelta” .

No se trata de una actividad encaminada a llenarnos el tiempo cuando todo va bien, sino un ejercicio nutritivo para nuestra salud mental que puede ayudarnos a vivir la vida que, en un sentido realista, como nos gustaría tener.

A menudo, cuando alguien llega a un punto crítico de vacío emocional, la raíz del problema radica en una ausencia de propósito vital.

Tener un propósito tiene que ver con nuestra faceta más existencial, pues es aquello que nos da motivos para levantarnos cada mañana y mantenernos a gusto con la vida con todas sus luces y sombras.

Tener un propósito nos ayuda a disponer de una brújula que orienta las acciones que llevamos a cabo y nos permite sentir el alma plena.

Más concretamente, tener un propósito requiere partir de un sistema de valores claro y ordenado.

Esto significa que debemos conocernos y aclarar qué es aquello que nos importa de verdad al margen de los asuntos superficiales.

Cuando disponemos de un sistema de valores claro, nuestra brújula funciona adecuadamente y podemos obtener efectos positivos:

Poseemos estabilidad emocional ante la adversidad:

Aunque a veces la vida se ponga difícil, tenemos pilares que nos ayudan a mantenernos en pie.

Los valores nos ayudan a ampliar la mirada y tener un horizonte aunque el presente sea desalentador.

¿Cómo encontrar mi camino, mi vocación? ¿mi propósito? ¿mi camino vital?

En Japón existe un concepto denominado IKIGAI y que se refiere a nuestra “razón de ser” o “motivo vital“.

Según la cultura japonesa todo el mundo tiene uno y es nuestra misión descubrirlo.

Ikigai  es un concepto japonés que significa “la razón de vivir” o “la razón de ser“. Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa, tiene un ikigai.

Encontrarlo requiere de una búsqueda en uno mismo, profunda y a menudo prolongada.

Esta búsqueda es considerada de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai trae satisfacción y sentido de la vida.

El término ikigai se compone de dos palabras japonesas:

 iki , que se refiere a la vida, y

kai , que aproximadamente significa “la realización de lo que uno espera y desea”.

En la cultura de Okinawa, el ikigai se concibe como “una razón para levantarse por la mañana“; es decir, una razón para disfrutar de la vida.

La palabra ikigai se utiliza generalmente para indicar la fuente del valor de la vida de uno, o las cosas que hacen que la vida valga la pena o como me gusta decir que valga la vida. ¡Fuera penas!

En segundo lugar, la palabra se utiliza para referirse a las circunstancias mentales y espirituales en las que las personas sienten que sus vidas son valiosas.

 No está necesariamente ligada a la situación económica personal, o al estado actual de la sociedad.

Incluso si una persona siente que el presente es sombrío, pero tiene un objetivo en mente, puede sentir el ikigai.

Los comportamientos que nos hacen sentir el ikigai no son acciones que nos vemos obligados a llevar a cabo, sino acciones naturales y espontáneas. el proceso de permitir que las posibilidades de uno mismo florezcan

 Kobayashi Tsukasa escribe que

 “la gente puede sentir el auténtico Ikigai solo cuando, sobre la base de una madurez personal, de la satisfacción de diversos deseos, del amor y de la felicidad, se encuentra con los demás y con un sentido del valor de la vida, que avanza hacia la autorrealización”

Y .- Viktor Frankl decía:

“Lo que el hombre realmente necesita no es un estado de tranquilidad absoluta, sino la lucha y el desafío de una motivación que merezca la pena. Una misión escogida libremente”

Muchas veces en consulta me encuentro con personas que están en busca de su camino vital, su misión, su vocación, su propósito.

Incluso algunas veces esta búsqueda genera angustia, nos generamos un gran nivel de presión por “tener” que encontrarlo ya, ¡queremos “tenerlo claro”! .. y esas mismas ansias nos bloquean y nos confunden aún más.

Puede que pensemos que prácticamente todo el mundo lo tiene claro menos nosotros, y que esta idea nos haga sentir infelices, sin rumbo, frustrados.

Si nos generamos demasiada presión, la angustia no nos permitirá visualizar las cosas con claridad, y probablemente nos quedemos atascados en la “parálisis del análisis”.

Si no sabes qué hacer con tu vida…

“Es totalmente normal y no es algo malo el no saber qué quieres hacer con tu vida.

Deja de preocuparte y empieza a construir con la esperanza de que lo acabarás averiguando.

 Lo acabarás averiguando. Y una vez que lo averigües, estarás contento de haber desarrollado habilidades y recursos, de haberte hecho amigo de personas excepcionales y de haber hecho cosas buenas.”

Ahhh, la eterna pregunta: “¿y qué narices hago con mi vida?”

Por algún motivo, creemos que todo el mundo lo tiene súper claro menos nosotros, y con eso lo único que hacemos es meternos más presión.

Queremos una respuesta AHORA MISMO. Sin embargo, la realidad es muy diferente.

En mi experiencia, muy poca gente sabe lo que quiere y la mayoría se siente perdida mientras vive con el piloto automático encendido.

Es PERFECTAMENTE NORMAL el pasar por una época en la que no tienes ni idea de qué es lo que quieres hacer con tu vida, así que no te agobies.

Lo importante es que confíes en que tarde o temprano lo acabarás averiguando y que, mientras tanto, te vayas preparando para ese momento.

¿Tu ya has encontrado tu Ikigai?  

Vamos a dar algunas claves para reflexionar sobre ello:

1. No tengas prisa por encontrar tu “rumbo definitivo”, disfruta del camino. Como dice el poema: “caminante no hay camino, se hace el camino al andar”.

 Muchos pasamos por periodos en nuestra vida en los que nos cuestionamos qué rumbo tomar, qué hacer con nuestras vidas, es normal. No te agobies.

Tu camino irá tomando forma poco a poco, puede que aún no tengas la experiencia suficiente para darle forma, aunque creas que “ya debería saber cuál es tu vocación, tu pasión, tu propósito”, no tiene por qué ser así, tranquilo, puede que precises un tiempo para elaborarlo, o puede que cambie, y no pasa nada.

No importa la lentitud con la que avances, siempre y cuando no te detengas.  Confucio.

Si permites que tu corazón sea tu brújula, tu mente sea tu mapa , y tu alma sea tu guía. Nunca te perderás

Céntrate en aprender, en probar cosas nuevas ….no puedes encontrar algo que te apasione si no pruebas primero varias cosas, no puedes saber cuál es tu plato favorito antes de probar muchos.

Investiga, descubre, y disfruta del camino.

2. Céntrate en tus valores, que ellos sean tu guía:

Una de las mayores fuentes de frustración e insatisfacción es la disonancia cognitiva entre lo que hacemos, la vida que llevamos y nuestros valores: aquello que para nosotros es importante, valioso. 

disonancia cognitiva ¿Qué es la disonancia cognitiva?

La disonancia cognitiva es la incomodidad psicológica que sentimos cuando nuestras mentes tienen dos conceptos contradictorios al mismo tiempo.

Encontrar tu vocación

Muchas veces nuestros valores y nuestras acciones o forma de vida no están alineadas, y esto nos causa un conflicto interno.

 ¿Cuáles son tus valores? ¿Recuerdas el cuento de las piedras y el frasco? ¿Cuáles son tus piedras grandes? 

Para algunos son el respeto, la generosidad, la valentía, para otros la salud, la familia, la estabilidad económica, o la gratitud, la creatividad, la inteligencia..

Reducir las disonancias:

He conocido muchas personas, e incluso he vivido en mi propia piel este tipo de disonancias cognitivas:

Ejemplo, cuando me invitaban a un programa en el que el entrevistado es una persona que sé, que está engañando a muchas otras, me sentía realmente mal, no puedo soportar el malestar y el conflicto interno que me genera, por lo que decido no asistir a esa entrevista, por supuesto avisando de mi no asistencia.

Los valores son aquellas cosas a las que damos importancia.

Es fundamental conocer cuáles son los nuestros y cómo los priorizamos, pues éstos nos hablan de nuestras necesidades y de nuestras motivaciones y guiarnos por ellos nos ayuda a tomar mejores decisiones. 

El estar alineados con nuestros valores es fundamental: tanto a nivel personal (nuestros hábitos, a qué dedicamos nuestro tiempo, nuestras aficiones, las cosas que priorizamos) como a nivel laboral: muchas veces existen disonancias porque los valores de la empresa en la que trabajamos no se corresponden con los nuestros, o

 lo que se exige a nuestro puesto de trabajo no se corresponde con nuestros valores personales.

Es importante reflexionar sobre ello y buscar el encontrarnos en consonancia con nuestros valores.

Nuestros valores nos mueven a mejorar.

Nos marcan nuestro propio camino, lo que “se supone que debemos hacer” o “lo que esperan de mi” por mis cualidades NO POR MANIPULACIÓN)

Aspectos que conforman nuestro IKIGAI:

el sentirnos “valiosos” en lo que hacemos, es la confluencia de cuatro factores:

 aquello que amas,

 en lo que eres bueno,

por lo que pueden pagarte tu trabajo, tu remuneración

y lo que el mundo necesita.

Conseguir hacer confluir estos cuatro aspectos en un camino de desarrollo personal y profesional no es sencillo.

Fíjate cómo en esta intersección confluye lo personal (pasiones, valores, habilidades) con lo profesional (trabajo, profesión, remuneración) y lo social (lo que aporto a mi comunidad)

Lo que amas hacer: Aquellas cosas con las que disfrutas. Suelen ser actividades en las que podemos pasar horas entretenidos sin darnos cuenta. Como decía Mihály Csíkszentmihályi el estado de FLUJO.

Pregúntate: Si el dinero no fuese un problema y dispusiese del suficiente para no tener que preocuparme:

¿a qué dedicaría tu tiempo? ¿con qué cosas disfrutas?  (por ejemplo: disfruto hablando con los demás, viajando, dibujando, escribiendo, haciendo manualidades, escuchando a la gente, cocinando, nadando, cuidando mis plantas…)

 Lo que eres bueno haciendo: Tus habilidades y talentos, tus fortalezas.

Aquello que se te da bien. (por ejemplo: soy un buen comunicador, buen organizador, soy bueno escuchando y poniéndome en el punto de vista del otro, soy meticuloso, analítico, se me dan bien las palabras, soy creativo… )

 Aquello por lo que te pueden pagar: actividades que podemos “monetizar” de alguna manera e insertarnos en el mercado.

Teniendo en cuenta las cosas que amas hacer y las que se te dan bien: ¿cómo podrían convertirse en algo por lo que te puedan remunerar?

Lo que el mundo necesita: Aquello que podemos aportar a los demás, que está en consonancia con nuestros valores y que sirve a otras personas, que puede resultar útil, reconfortante, o de ayuda a nuestra comunidad de alguna forma.

  – Helen Keller dijo:  “La verdadera satisfacción no se logra a través de la auto-gratificación, sino a través de la lealtad a un propósito que merezca la pena”

 ¿Es necesario encontrar algo que aúne estos cuatro aspectos para sentirme pleno?

“La felicidad no es hacer lo que te gusta sino que te guste lo que haces.”- Anónimo.

El Ikigai sería lo ideal, es estupendo si conseguimos hacer confluir todas las áreas, puede ser una guía hacia la que movernos, pero en el camino también puede haber otros equilibrios en los que nos sintamos plenos y no haya disonancias.

encontrar mi vocación  Por ejemplo: Conozco a un chico que trabaja como teleoperador de atención al cliente, tiene muy buenas cualidades de comunicación, empatía y paciencia,  en su trabajo se siente valorado por sus coordinadores, y aunque no le apasionan las funciones tiene un horario flexible que le permite dedicar tiempo a otros intereses:

está muy comprometido con la ecología y el medio ambiente y participa como voluntario en una asociación en la que imparte talleres y charlas de concienciación sobre reciclaje,                                      lleva a cabo proyectos de reforestación, cultiva un huerto ecológico urbano, tiene una vida social muy rica, y admite sentirse muy pleno.

También conozco a una responsable de un negocio de eventos, que trabaja en su empresa durante primavera-verano y el resto del tiempo se dedica a viajar y sacar fotos,

a una ama de casa que dirige una protectora de gatos abandonados… y todos ellos están alineados con sus valores, son personas sonrientes, entusiastas, y con una gran energía positiva.

Creo que lo fundamental es reflexionar sobre estos aspectos, sobre nuestros propósitos en la vida, nuestros valores y vivir alineados con ellos.

No obsesionarse por encontrar “ese trabajo que nos realice”, sino centrarnos en construir un camino en el que primemos aquello que nos aporta, a medida que vayamos avanzando podremos ir evolucionando, aprovechando oportunidades, arriesgándonos por algo que consideramos que merece la pena.. pero siempre siguiendo y moviéndonos por nuestros valores.

Tu camino puede ir cambiando de forma, pero tu brújula han de ser siempre tus valores.

Algunas preguntas para reflexionar sobre el camino a seguir:

¿A qué dedicarías tu tiempo si el dinero no fuese un problema? Imagina que tienes el suficiente para vivir sin preocuparte por llegar a fin de mes, pero encontrar mi vocación sin grandes lujos ¿qué harías en tu día a día?

¿A qué te arriesgarías si tuvieras la seguridad de que no vas a fracasar?

¿Qué cosas te preocupan en relación a tu entorno o sociedad ?

¿Qué actividades te absorben y podrías estar haciendo durante horas?

¿Cuáles son tus libros / películas  favoritas y por qué?

¿Si te quedaran pocos meses de vida, cuáles serían tus prioridades? ¿qué cosas te gustaría hacer antes de morir?

¿A quiénes admiras? ¿por qué los admiras?

¿De qué te sientes orgulloso respecto a ti mismo?

Si algo te motiva pero no lo ves fácil intenta cambiar los “No puedo” por “¿Cómo podría?”

Recuerda: lo fundamental es estar alineados con nuestros valores y disfrutar del camino.

“La felicidad no es un destino, sino un camino.” – Anónimo

Somos capaces de priorizar:

A veces nos toca tomar decisiones, elegir y tomar un camino en vez de otro.

Si tenemos claros nuestros valores, estos momentos serán más fáciles de navegar porque tenemos hoja de ruta.

Mantenemos un balance entre la emoción y la razón:

Cuando tenemos valores no nos dejamos arrastrar por impulsos pasajeros, sino que también pensamos a largo plazo.

Mayor sensación de control:

Cuando tenemos unos valores bien establecidos poseemos una base segura.

Esto nos ayuda a tomar las riendas de nuestra vida en lugar de vivir como víctimas de nuestras circunstancias.

¿Cómo puede ayudarme un psicólogo a encontrar mi propósito?

Cuando nos encontramos en un momento crítico donde sentimos que algo no marcha bien dentro de nosotros, quizá sea el momento de pedir ayuda profesional.

En ocasiones, podemos experimentar malestar pero no asociarlo con una causa particular.

En estos casos, es posible que detrás haya dificultades subyacentes relacionadas con la ausencia de un sentido vital claro, entre otros problemas.

Aunque desde luego el propósito es algo que tú mismo debes descubrir, el espacio de terapia puede ser un buen lugar donde desarrollar mayor autoconocimiento y reflexionar acerca de qué es lo que quieres en tu vida.

El papel del psicoterapeuta no es, en absoluto, el de dar consejos baratos o decir qué debes hacer.

Más bien, este te puede acompañar en ese proceso de descubrimiento haciéndolo un poco más fácil.

Así, con la ayuda de un profesional podemos ver nuestra situación desde un nuevo punto de vista, analizar posibles miedos o creencias limitantes, entender nuestro recorrido vital y cómo hemos acabado en el punto actual y, por supuesto, también será posible hacer un análisis de nuestros valores personales.

Como hemos comentado, los valores son la brújula que guía nuestras acciones y sin ella lo esperable es que más tarde o más temprano nos sintamos vacíos y perdidos.

Para ayudarte en esta tarea de encontrar tu propósito el psicoterapeuta puede recurrir a diferentes técnicas e incluso podrá plantearte preguntas que puede que nunca antes te hayas cuestionado.

Al fin y al cabo, la psicoterapia es algo así como un proceso en el cual partimos de un enorme enredo en el que apenas hay claridad.

Con el tiempo, la ayuda profesional nos permite ir deshaciendo nudos para encontrar algo de luz y ordenar nuestro mundo interno.

Espero que estos apuntes te sean de utilidad para reflexionar sobre tu camino a seguir, tu vocación y tu meta vital y en resumidas…

 TU PROPOSITO DE VIDA

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