Blog

Encontrarte a ti mism@

Encontrarte a ti mismo

¿Qué significa encontrarte a ti mismo/a?

Normalmente, encontrarse a uno mismo implica saber qué es aquello que nos motiva.

Encontrar nuestro camino

Creer en ti: El primer paso. Lo sé, suena a cliché.

Pero es verdad: vivimos en un constante miedo a ser juzgados y en la duda de si estamos haciendo lo “correcto” o si vamos a salirnos de “lo normal”.

Quiero hablarte del efecto que produce tu actitud.

De las veces que no hacemos algo porque anteriormente nos hemos convencido de que no podemos hacerlo. Y si no lo crees, ¡pruébalo!

¿Si ni tú crees en ti, cómo esperas que los demás lo hagan?

Demuéstrate a ti mismo que tus palabras tienen un valor, y a partir de ahí entenderás que eso mismo es lo que percibirán de ti y te convertirás en lo que dices y haces.

Cuando alguien va por ahí con actitud, se nota, ¿verdad? Y no digo ir de prepotente, sino tener una actitud positiva.

Encontrar tu propio camino: ¡Hazlo a tu manera!

No tienes que seguir las huellas ni los moldes preestablecidos de nadie más.

Rut Nieves, fundadora de Arquitectura de Emociones y escritora de Cree en Ti, explica en este libro que desde pequeños nos han arraigado pensamientos que hemos normalizado y creemos propios por costumbre.

Y está bien. Crecemos con lo que nos rodea y nos inculcan.

Pero eso no significa que cuando crezcas, no puedas abrir tu mente y analizar qué actitudes y pensamientos te representan o no.

Simplemente se trata de no ignorar tus propios valores o ideales porque tu familia o tus amigos no estén de acuerdo con ellos.

Tendemos a hacer las cosas sin saber cuánto de nosotros estamos poniendo en ellas.

Pero, aun así, es normal que en ciertas ocasiones sintamos que no sabemos al completo quiénes somos.

De hecho, es difícil saber cuándo termina el proceso y es posible que jamás pueda finalizarse.

Por lo tanto, encontrarse a uno/a mismo/a es un trabajo continuo, ya que siempre estamos a tiempo de aprender más de nosotros/as.

El principal objetivo de este proceso es intentar cultivar una comprensión profunda de ti mismo,

es decir, saber qué es lo más importante para ti, qué es lo que te motiva, por qué respondes y reaccionas ante los demás y las situaciones, así como valorar aquello que haces en tu vida.

Además, encontrarse a sí mismo/a también significa sentirte en paz con la persona en la que te has convertido.

Por todo ello, es importante esforzarse para conectar con uno/a mismos/a.

A veces, en lugar de encontrarte a ti mismo, atrévete a reinventarte cada día

No necesitas un largo viaje para encontrarte a ti mismo, no debes perderte para hallarte.

La persona que eres y la que deseas ser ya está dentro de ti.

Solo debes desafiarte, librarte de miedos y apegos para dar forma a tu mejor versión, la más libre y reluciente.

En lugar de irte lejos para encontrarte a ti mismo, quédate cerca y reinvéntate.

La persona que buscas ya está dentro de ti y, lo que es más importante, puedes permitirle que emerja en su mejor versión, la que tú elijas.

Para ello solo debes librarte de apegos, miedos y convencionalismos e iniciar poco a poco un viaje de autodescubrimientos, retos y transformaciones.

Pocos temas dentro del ámbito del crecimiento personal son tan destacados como el autoconocimiento y la realización personal.

De ahí que a la mayoría nos sea más que conocida la idea de que uno de nuestros propósitos vitales deba ser, ni más ni menos, que saber quiénes somos realmente.

Ahora bien, asumir esta idea al pie de la letra nos puede llevar a alguna contradicción.

Para empezar, las personas no somos entidades estables.

Como seres vivos, estamos en constante cambio y todo avance o variación tiene como fin favorecer la adaptación y el aprendizaje.

Así, y como bien sabemos, la persona que éramos hace diez años no es la misma que sale a diario de su casa para afrontar el mundo, para hacerlo suyo, disfrutarlo y darle sentido.

No te hace falta por tanto un viaje al Tíbet para encontrarte a ti mismo.

Cada uno de nosotros nos encontramos a diario en cada pequeña cosa que hacemos, en cada logro, en cada equívoco, en cada pasión y aprendizaje asumido.

Ahora bien, para alcanzar el auténtico bienestar y la autorrealización hay que reinventarse cada cierto tiempo.

Solo así podrá revelarse nuestra mejor versión, la que sintoniza con deseos, sueños y necesidades.

“Examínate a ti mismo, y donde sea que te encuentres a ti mismo, abandónate. Esta es la mejor vía de todas”.

-Eckhart de Hochheim-

Encontrarte a ti mismo está bien, pero atrévete a dar un paso más allá

En lugar de preguntarte quién eres, haz una pequeña variación: pregúntate qué quieres de ti.

Hacerlo, te permitirá clarificar propósitos para tomar impulso y hacerte más fuerte.

De algún modo, gran parte de la psicología de autoayuda nos ha recordado la importancia de encontrarnos pasando por alto un pequeño aspecto: nuestro yo es cambiante y está obligado a reconstruirse cada poco tiempo.

Cada experiencia, cada decisión tomada, persona conocida, libro leído, afición descubierta, país visitado, etc., nos cambia.

Toda experiencia deja impronta en nosotros. No hace falta por tanto que salgas a encontrarte, tú ya estás en cada cosa que tocas, que ves y que sientes.

No obstante, tienes una responsabilidad aún más importante contigo mismo: alcanzar la plenitud personal.

Como me gusta llamarlo “Estar en Paz y Armonía”

Para lograrlo, todos nosotros estamos obligados a modificar parte de nuestras identidades a medida que avanzamos por nuestro ciclo vital.

Al hacerlo, no solo maduramos, sino que nos permitimos ganar en resiliencia, autoestima y felicidad.

Es más, no importa la edad que tengamos, favorecer cambios y reinventarnos es un ejercicio que practicar cuando lo creamos necesario.

Reinventarse, un secreto para la eterna juventud según un estudio

Hace unos años, la doctora Ravenna Helson, profesora de psicología en la Universidad de California en Berkeley, publicó uno de los trabajos más valorados sobre la personalidad creativa.

El conocido como ‘Estudio Mills’ hizo un seguimiento 120 mujeres a lo largo de 30 años.

El objetivo era analizar qué cambios de personalidad evidenciaban a lo largo de 3 décadas.

Los datos fueron muy reveladores.

Pudo verse que aquellas mujeres que fueron capaces de reinventarse (asumir nuevos objetivos, iniciar nuevas actividades, etc.) mostraban mayores índices de bienestar y salud.

Este grupo, logró según sus propias palabras, ‘conventirse en las personas que siempre habían deseado’.

Asimismo, el ‘Estudio Mills’, mostró que el corte de edad donde se evidenciaban mayores cambios de personalidad y satisfacción personal era el comprendido entre los 50 y 65 años.

No te preocupes por encontrarte a ti mismo, busca tu mejor versión

Decía Viktor Frankl que la vida no se hace insoportable por las circunstancias, sino por la falta de sentido y propósito.

Este es el auténtico secreto para hallar la felicidad y la realización personal: tener metas, objetivos, sueños, deseos…

La vida es movimiento y lo queramos o no, son los cambios los que nos ayudan a sobrevivir mejor para que todo siga teniendo sentido.

Hacemos esas variaciones con el fin de dejar atrás lo que ya no es útil, lo que ya no va con nosotros, lo que huele a tiempo estancado y nos quita las alas.

Un cambio a tiempo es una fabulosa reinvención, a veces, hasta nos permite respirar mejor.

No obstante, hay un aspecto que debemos tener claro.

La tarea de reinventarse a uno mismo no es fácil, requiere cierto desafío y grandes dosis de valentía. Salir de la zona de confort.

Es más, algo que nos dijo el Maestro Eckhart, conocido filósofo y teólogo del siglo XIV,

Es que las personas nos aferramos en exceso a lo que somos o creemos que somos.

En la liberación está la plenitud, en dejar a un lado materialismos, miedos y obsesiones.

La reinvención es un acto de libertad, es la expresión de la propia identidad, permitiéndonos ir más allá de la zona de confort para realizarnos, para alcanzar el bienestar.

Pregúntate quién deseas ser y trabaja en esa idea, en ese propósito.

Aun así ¿Cómo encontrarte a ti mismo/a?

Como vemos es vital saber conectar con uno/a mismo/a debido a todo lo que implica.

De este modo, para encontrarte a ti mismo/a te recomendamos que tengas en cuenta lo siguiente:

Piensa en las situaciones en las que te has sentido cómodo/a: Esta sensación puede darse en cualquier momento de nuestras vidas.

Aunque sea un instante breve, si recuerdas que te sentiste seguro/a y cómodo/a contigo misma es una señal de que esa actividad o situación te motivan y te hacen sentirte más tú mismo/a.

Una vez hayas identificado este momento y descubras qué fue lo mejor de él, puedes intentar trabajar para encontrar nuevas oportunidades que te ayuden a sentirte de la misma manera.

Reflexiona sobre tu dinámica familiar:

A menudo no nos damos cuenta de la influencia que tuvo nuestra familia en cómo nos sentimos con nosotros/as mismos/as.

De hecho, en muchos casos las personas no pueden encontrarse a sí mismas debido a esta relación familiar.

Por lo tanto, quizá resolver estos problemas familiares te pueden empujar a reencontrarte contigo mismo/a.

Sal y prueba nuevas cosas: Sabes lo que sabes hasta ahora debido a que te has esforzado por experimentar nuevas cosas.

De este modo, salir de nuestra zona de confort y aprender o experimentar nuevas cosas puede ayudarte a encontrarte a ti mismo/a.

Esto pueden ser acciones tan simples como explorar nuevos restaurantes o apuntarte a una clase de una actividad que incita cierta curiosidad.

Empieza a ir a lugares por tu cuenta:

Las personas experimentamos las cosas de manera diferente cuando lo hacemos por nuestra cuenta.

Tanto es así que hacer las cosas solo/a puede ayudarte a encontrarte a ti mismo/a.

De hecho, este paso te ayudará a concentrarte más en lo que sientes y en tus propios pensamientos.    

Claves para encontrarse

Trata de averiguar qué es importante para ti:

Es posible que no te des cuenta de cuál es tu posición real en ciertos temas hasta que te desafíes a ti mismo/a a dedicar un tiempo real a pensar en ellos.

Además, es vital que realices este ejercicio al notar tu reacción visceral a los temas controvertidos. Este tipo de planteamientos te permitirán encontrarte más a ti mismo/a.

Deshazte de los malos hábitos:

Todo el mundo tiene malos hábitos, y estos suelen acabar interfiriendo con lo que realmente somos.

Además, afrontar estos obstáculos también te brinda una oportunidad para desarrollar tus valores internos.

Al vencer un mal hábito te sentirás más empoderado/a y aumentarás tu autoestima, lo que puede ayudarte a encontrarte más a ti mismo/a.

Practica la atención plena:

La meditación también es un buen ejercicio para reconectar con uno/a mimos/a.

Es una manera de apagar nuestras mentes y conectarnos de nuevo con nuestra verdadera esencia.

De este modo, practicándola todos los días aumentarás la seguridad en ti, lo que se traduce en sentirte más conectado contigo mismo/a.

Razona con tu crítico interior:

Al hacernos cargo de nuestros pensamientos, también estamos trabajando para encontrarnos a nosotros/as mismos/as.

Por el contrario, al dejar que nuestro crítico/a interior levante la voz y lo escuchamos, esto será una forma de autosabotaje que impedirá nuestro autoconocimiento.

Para poder calmar estos pensamientos negativos, un buen método es intentar razonar con ellos.

Aprende a no querer gustarle a todo el mundo:

Querer gustarles a todos/as devalúa tu propia identidad.

Es decir, para encontrarte a ti mismo/a es vital dejar de poner tu atención a los demás y empezar a focalizarte en ti.

Querer gustar a los otros/as es una emoción humana completamente natural, pero debemos deshacernos de este mal hábito.

Por ello, cada vez que conozcas a alguien intenta preguntarte si realmente esta persona te encanta, te disgusta o te es indiferente.

Desconecta más:

Actualmente, solemos estar enganchados a nuestros teléfonos. Este mal hábito implica una distracción que no nos permite explorar nuestros propios sentimientos o pensamientos.

Tanto es así que son muchas las personas que cada vez que se sienten incómodas, sacan sus teléfonos en lugar de darse la oportunidad de reflexionar y crecer.

Identifica qué te hace diferente de los demás:

Todos tenemos habilidades y defectos que nos hacen diferentes a los demás.

Por lo tanto, para encontrarte a ti mismo/a debes intentar reflexionar sobre qué es lo que marca tu diferencia.

Para ello puedes intentar ver qué camino tomarías tú en la experiencia de otra persona.

Otra forma de averiguarlo es preguntarle a la gente qué es aquello que nos hace únicos y luego pedirles que expliquen el por qué.

Lo difícil de conocerse a uno mismo

El autoconocimiento es el engranaje que pone en marcha la libertad y el compromiso para realizarnos como personas. Conseguirlo nos permitirá abrir la puerta de la felicidad.

Para vivir libre es necesario conocerse a uno mismo, y no me refiero a nombre y apellidos, a qué me gusta desayunar o a qué es lo que deseo o no hacer.

Más bien, me refiero a esas partes que tanto nos cuesta mirar y que tanto nos duelen cuando los demás cometen la osadía de señalárnoslas.

¿Qué es eso que tanto daño nos hace? ¿A qué nos resistimos? A la envidia, a la soberbia o a la cobardía.

Estas son cualidades que todo ser humano posee, que algunos niegan y que otros muchos rechazan.

No obstante, girar la cara ante lo que forma parte de nosotros no evitará que siga estando allí.

Conocerse a uno mismo no es fácil, pero tampoco imposible.

Conócete a ti mismo (Nosce te ipsum, conócete a ti mismo, tal y como ponía en el Santuario de Apolo en Delfos) y conocerás todo el Universo y a los dioses. Conocerás tus luces y tus sombras.

No obstante, conocerse uno mismo es la base para desarrollar todo el potencial humano que llevamos dentro de nuestro ser.

Todos somos diferentes, no obstante, todos tenemos la capacidad de dar al mundo algo que los demás no pueden.

Conócete a ti mismo y descubrirás qué es.

“La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”.

-Galileo-.

Lo difícil de conocerse a uno mismo es encontrarse, por tanto, con esas partes que rechazamos.

¿Qué hacer con ellas?

Pensemos, por ejemplo, en esos sentimientos de ira que, a veces, nos invaden.

Es importante observar esa sensación y la situación que la ha provocado.

Ahora es el momento de tomar una decisión, ¿dejamos salir esa emoción o la reprimimos?

Lo habitual es reprimir la emoción, acumulándola y provocando que un día salga sin control alguno en el momento menos oportuno.

Esta decisión la tomamos en base a lo que pensarán los demás si nos ven en ese estado de furia en el que, lo más probable, es que nos encontremos escuchando frases del estilo: “cálmate”, “no es para tanto” o “te has vuelto loco”.

No soportamos la idea de que los demás puedan rechazarnos, culparnos y hacer aflorar nuestros miedos y nuestras vergüenzas.

Pensar en cómo van a actuar los demás si manifestamos cómo nos sentimos, provoca que no queramos darnos cuenta de que eso forma parte de nosotros mismos.

Racionalizamos la situación desde un plano superficial e ignoramos, por completo, toda emoción que pudiera derribar ese muro construido con un dolor que se ha ido gestando a través de los años fruto de múltiples decepciones.

Para conocerse a uno mismo, lo importante es preguntarse:

¿podría amarme a pesar de permitirme sentir y expresar emociones negativas o tal vez me llenaría de culpas, vergüenzas y miedos?

La respuesta será muy importante porque nos dará las claves para saber cuán condicionados nos encontramos por los demás y cuántas cosas nos permitimos sentir y expresar o no.

La libertad que conlleva conocerse a uno mismo

En el camino de conocerse a uno mismo, es importante ser consciente de cómo y por qué reaccionamos ante diversos estímulos.

Para ello, cuando la ira aflora y se instala en nuestro cuerpo, por ejemplo, será necesario quedarnos observando, sin juzgar y sin entrar en confrontación con esta sensación.

Así nos daremos cuenta de los pensamientos que afloran por nuestra mente y de cómo nos comportamos.

Seguramente, entonces, nos sintamos instados a culpabilizar a otros de nuestro comportamiento.

Sin embargo, esto no nos interesa, pues lo que queremos es conocernos, descubrirnos.

No deseamos interpretar los actos, sino explorarnos.

De esa manera, nos daremos cuenta de la cantidad de ocasiones en las que se repite esa sensación y en qué circunstancias lo hace.

Tal vez nos sintamos muy responsables, muy resentidos o incluso impotentes.

¿Qué nos dice nuestro diálogo interno?

Cuanto más profundo seamos capaces de excavar, más lucidez y respuestas obtendremos.

En este estado de exploración, de conocerse a uno mismo, podemos descubrir lo arraigados que están nuestros comportamientos y hábitos.

A menudo, hemos aprendido a reaccionar así desde la infancia donde como niños que éramos no teníamos suficientes habilidades para cumplir nuestros deseos y necesitábamos que otros lo hicieran por nosotros.

“Lo más difícil del mundo es conocerse a uno mismo y lo más fácil hablar mal de los demás”.

-Tales de Mileto-.

Una vez comprendida nuestra forma de reaccionar, así como el miedo y el deseo básico que siempre hay detrás de esa ira, es más fácil salir de ese enganche.

Hoy ya no somos niños, podemos tomar las riendas de nuestra vida, cubrir por nosotros mismos nuestras necesidades, sin esperar a que otros lo hagan y si hace falta reinventarse hacia lo que queremos.

La persona que eres y la que deseas ser ya está dentro de ti.

Solo debes desafiarte, librarte de miedos y apegos para dar forma a tu mejor versión, la más libre y reluciente.

Conocimiento y libertad

En resumen, conocerse a uno mismo es imprescindible para así ir conquistando nuestra libertad, mientras entendemos el sentido de nuestras emociones, escuchándolas profundamente, sustituyendo nuestras reacciones automáticas de siempre por decisiones conscientes, inspiradas en el conocimiento íntimo de lo que nos está en realidad pasando.

Para vivir libres necesitamos saber quién somos, seguir el camino aconsejado por nuestra propia esencia.

Conocerse a uno mismo es fundamental para empezar a ser felices desde hoy.

Considera acudir a terapia:

Encontrarse a uno/a mismo/a no siempre es fácil.

En estos casos, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental para qué te guie en este camino.

Descubrir quiénes somos es un proceso que requiere de tiempo y paciencia.

Pero empezar a dedicarnos instantes para nosotros/as mismos/as será uno de los primeros pasos que nos ayudarán a encontrarnos para ser nuestra mejor versión.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *