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El apego en las relaciones

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El apego en las relaciones

El vivir en pareja y enamorarse es una las situaciones más idealizadas por todos los seres humanos… quizás porque es una relación interesante en donde me descubro a mí mismo a través de mis proyecciones en la otra persona.

… por lo tanto creemos que si no conseguimos a nuestra “media naranja” estaremos destinado a la desolación. Y fantaseamos con la idea de llenar nuestros espacios vacíos con esa persona ideal.

Existen varios tipos de apego y su impacto en las relaciones adultas es importante conocerlo

Todas las personas desarrollamos un tipo de apego que, sin darnos cuenta, empieza a formarse desde nuestra infancia.

Ya sea seguro, ansioso, evitativo o desorganizado, estos estilos impactan en cómo vivimos la adultez.

¿Alguna vez te has preguntado por qué reaccionas de cierta manera ante situaciones de conflicto o por qué algunas dinámicas se repiten en tus relaciones o vínculos?

La respuesta puede estar en los tipos de apego. Estos influyen en nuestras relaciones durante la etapa adulta, en especial, en las de pareja.

La teoría expuesta por el psicólogo británico John Bowlby y enriquecida por la psicóloga canadiense Mary Ainsworth, es fundamental para saber la clase de apego en cada persona.

Bowlby propuso que el vínculo emocional que desarrollamos con nuestros cuidadores crea un modelo que influye en cómo nos conectamos con los demás a lo largo de la vida.

Por su parte, Ainsworth, mediante su famoso experimento conocido como la «situación extraña», ayudó a clasificar los estilos de dichos vínculos formados en la niñez.

Hablamos de los tipos de apego, para así reconocernos a nosotros y a nuestra pareja.

1. Apego seguro: confianza y estabilidad

Según John Bowlby, el apego seguro se desarrolla cuando los cuidadores están emocionalmente disponibles y responden de manera consistente a las necesidades del bebé, proporcionando una «base segura» desde la cual el niño explora el mundo con confianza.

Esto permite que el pequeño regule su angustia y desarrolle una sensación de seguridad emocional.

Este estilo de apego se caracteriza por una comunicación abierta y la capacidad de resolver conflictos de manera saludable, además de un equilibrio entre la independencia y la conexión emocional.

Acorde con algunos estudios, cuando un adulto desarrolló tal apego, tiene una mayor comodidad en las relaciones cercanas y una visión positiva de sí mismo y de los demás.

También una mejor capacidad para manejar el estrés y las emociones, lo que fomenta la resiliencia y la competencia social.

En las relaciones de pareja, el apego seguro permite disfrutar de una base sólida de confianza y estabilidad, favoreciendo enfrentar los altibajos sin temor al abandono o a la pérdida de autonomía.

Se promueve así una dinámica amorosa con base en el respeto mutuo y el apoyo emocional.

2. Apego ansioso: miedo al abandono y necesidad de validación

El apego ansioso inicia cuando los padres o cuidadores son impredecibles: unas veces están presentes y afectuosos, y otras son distantes o poco accesibles.

Esta inconsistencia genera una sensación de inseguridad en el niño, que crece sin saber cuándo será atendido o rechazado.

Como resultado, la persona desarrolla un miedo constante al abandono y una fuerte necesidad de cercanía, lo cual, de manera inevitable, afecta la calidad de sus relaciones.

En estos casos, se recomienda acudir a terapia y emplear técnicas psicológicas para superar el apego ansioso.

Además, múltiples investigaciones han resaltado que los individuos con este apego ansioso, suelen tener problemas para regular sus emociones y para interactuar con otros, lo que termina por agravar su ansiedad.

A medida que enfrentan dificultades para relacionarse, la falta de habilidades sociales y la inestabilidad emocional refuerzan su sensación de inseguridad.

En la edad adulta, esta dinámica se refleja en relaciones donde la persona siente una gran necesidad de aprobación y tiene un miedo constante a que la dejen.

Esto lleva a comportamientos como los celos, la dependencia emocional y la búsqueda constante de seguridad en la pareja, lo que tiende a crear vínculos tensos y conflictivos debido a la sobrecarga emocional a veces incluso asfixiando a su pareja.

3. Apego evitativo: independencia emocional y dificultad para abrirse

Por su parte, el apego evitativo comienza al niño aprender que sus necesidades emocionales no serán atendidas por sus padres.

En lugar de buscar consuelo en sus cuidadores, se acostumbra a desconfiar de los demás y depender solo de sí mismo, creando una coraza de autosuficiencia.

Aunque esta independencia emocional parece una fortaleza, es posible que en las relaciones amorosas se convierta en un obstáculo, debido a la incapacidad de conectar en profundidad con la pareja.

Un estudio, sugirió que las personas con apego evitativo no son muy conscientes de su estado emocional y resultan menos reactivas ante sus emociones.

Por otro lado, alguien con apego ansioso tiene una mayor conciencia emocional, pero le cuesta identificar sus sentimientos y controlar sus impulsos.

En el estilo evitativo, se procura mantener a la pareja a distancia mediante estrategias de desactivación emocional que dan sensación de independencia.

De igual modo, estas personas temen su vulnerabilidad y evitan abrir sus emociones, lo que puede hacer que sus relaciones se sientan frías o distantes.

A menudo, prefieren no depender de nadie y ven la intimidad como una amenaza a su libertad, lo que genera una desconexión emocional que dificulta crear vínculos profundos.

De ahí la importancia de identificar las señales de que tu pareja tiene un estilo de apego evitativo.

4. Apego desorganizado: inestabilidad emocional y amorosa

Quienes manifiestan apego desorganizado tuvieron infancias caracterizadas por una mezcla de protección y amenaza por parte de sus cuidadores.

Por ejemplo, recibían amor y confort, pero también enfrentaban momentos de miedo o confusión; una ambivalencia que promueve un estado de caos emocional.

Mientras que las personas con apego ansioso temen el abandono y buscan cercanía para satisfacer sus necesidades, y aquellas con estilo evitativo temen el rechazo y prefieren distanciarse, el apego desorganizado se caracteriza por una combinación de ambos miedos y tiene graves efectos en los niños y adultos.

Aquellos con esta clase de apego experimentan una gran confusión y miedo en sus relaciones, por lo que pueden ser impredecibles.

Esto significa que alternan entre buscar cercanía y mantener a los demás a distancia.

Este patrón puede llevar a relaciones intensas y apasionadas, pero también a conflictos y malentendidos frecuentes.

Entender los tipos de apego permite construir relaciones más satisfactorias

Comprender los tipos de apego es un paso crucial para mejorar la calidad de nuestras relaciones adultas.

Ya sea que nos identifiquemos con un estilo seguro, ansioso, evitativo o desorganizado, esta conciencia permite reconocer patrones de comportamiento que estarían afectando nuestra vida emocional.

Aunque los orígenes de estas vinculaciones afectivas yacen en la infancia, no estamos destinados a repetirlos para siempre.

Con el apoyo adecuado, como la terapia, la autorreflexión y la comunicación abierta con nuestras parejas, es posible aprender a gestionar las emociones, desarrollar confianza y crear relaciones más saludables.

Recuerda que, al trabajar en nuestras inseguridades y ser conscientes de lo que tememos, es más fácil romper los ciclos y construir lazos sólidos y satisfactorios.

“Quizá no te hace daño lo que pasa.

Quizá te hace daño lo que esperabas que pasara y no ha pasado.

El poder de las expectativas es inmenso.

Cuando esperas algo, ya hay una parte de ti que lo hace cierto.

En tu mente creas una historia, una película, de lo que se supone que tiene que pasar.

Cuando eso no pasa, te sientes mal, te frustras, incluso piensas en ese momento que todo te ha salido mal o bien; ha salido como es, sin más, pero te hace daño porque no es lo que querías.

Es diferente a lo que habías imaginado, pero no está mal; simplemente es.

Recuerda que no te hace daño la realidad; te hace daño lo que creías que iba a ser tu realidad”.

¿Por qué siempre me enamoro del mismo tipo de persona?

Patrones de relación explicados por una experta, la doctora Ana Isabel Sanz, psicoterapeuta especializada en trastornos afectivos y directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias,

Si una niña creció en una familia donde las infidelidades y la violencia fueron normalizadas, es muy probable que al crecer se involucre en relaciones que repitan las mismas dinámicas.

¿Por qué sucede esto?

En los caminos del amor, muchas veces no manda la razón, sino nuestras experiencias pasadas y la forma en la que aprendimos a relacionarnos.

Esto explicaría por qué hay quienes siempre se enamoran del mismo tipo de persona, repitiendo historias, incluso cuando saben que no tendrán un final feliz.

¿A qué se debe este fenómeno?

¿Acaso es un tipo de masoquismo emocional o una simple coincidencia?

La respuesta a estas preguntas según la doctora Ana Isabel Sanz, explica sobre los patrones relacionales y cómo construir vínculos sanos y satisfactorios.

¿Qué son los patrones de relación y cómo se forman?

La manera de vincularnos en el amor, la amistad o el trabajo, está influenciada por dinámicas asimiladas desde pequeños.

Son patrones de interacción inconscientes, es decir, formas de relacionarnos que aprendemos sin darnos cuenta y que repetimos de manera automática.

De acuerdo con la doctora Sanz, estos surgen durante la primera infancia, teniendo como referentes a nuestros padres o cuidadores.

Los mismos están condicionados por «las expectativas y creencias que formamos a lo largo de nuestra vida, sobre lo que para cada uno de nosotros implican y aportan las relaciones humanas».

En otros términos, nuestros primeros ejemplos de relaciones afectivas moldean cómo vemos el amor y las relaciones.

Tales creencias adquiridas y modos de vincularnos pueden impulsarnos a repetir patrones que se nos hacen familiares, pero que pueden ser muy dañinos y tóxicos.

Esto se evidencia a través de los estilos de apego.

El apego y las malas experiencias

Hablamos de apego para referirnos al vínculo establecido desde la infancia con nuestros cuidadores, en particular con nuestros padres, y que incide en nuestras relaciones en la adultez.

Según la teoría del apego del psicoanalista infantil John Bowlby, existen cuatro clasificaciones: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado que hemos comentado antes

Sanz explica que algunos papás brindan a sus hijos un apego seguro, que da la confianza de que no los abandonarán; otros generan apegos menos sanos que los marcarán cuando tengan pareja, derivando en miedo al abandono, distancia emocional, temor al compromiso y ganas de conectar, pero no hacerlo por no querer salir lastimados.

En estos últimos casos, las experiencias amorosas no son positivas.

¿Por qué mi patrón de elegir el mismo tipo pareja a pesar de las experiencias negativas?

Luego de una ruptura amorosa, la mayoría reconoce los comportamientos que no desea aceptar en su vida y evita repetir los mismos errores del pasado.

No obstante, esto no siempre ocurre y «me enamoro del mismo tipo de persona» por caer en un bucle, a pesar de las experiencias negativas y el daño emocional.

En palabras de la doctora Sanz, esto es bastante frecuente y es posible que ni siquiera quien está implicado/a lo entienda.

Por otra parte, a pesar de que cada caso es particular, en muchas ocasiones elegir el mismo estilo de pareja se debe a las siguientes razones:

Baja autoestima: cuando alguien no reconoce su valor, puede conformarse con relaciones en donde no recibe el trato que merece.

El temor a quedar solo/a y la inseguridad personal conducen a aceptar dinámicas dañinas, incluso estando consciente de ello.

Creencias erróneas sobre el amor: desde que somos pequeños, aprendemos e interiorizamos ideas y expectativas del amor que pueden ser muy dañinas.

Frases como «el amor todo lo puede» o «si me ama, cambiará», podrían hacer que en un futuro permanezcamos en relaciones tóxicas.

Patrones de relacionamiento adquiridos: como ya mencionamos, las figuras de apego en la infancia tienen un gran impacto en el desarrollo emocional de los niños.

Si en casa la relación de los padres era fría y distante, esto puede condicionar el modo en que la persona se vincule en la adultez, normalizando la falta de afecto y conductas tóxicas.

Señales para reconocer un patrón de relación no saludable

Cuando una persona con un patrón de relacionamiento nocivo se enamora y su sistema nervioso está inundado de oxitocina y dopamina, puede convencerse de que esta vez será diferente y minimizar comportamientos que revelan la verdadera personalidad de su nueva pareja.

La doctora Sanz resalta que, «pasado el flechazo del enamoramiento y la idealización, conviene no pasar por alto la falta de atención y de respeto en la comunicación, o la minusvaloración de las opiniones por parte de uno de los miembros de la pareja».

Asimismo, infravalorar los sentimientos, ideas y decisiones de nuestra pareja crea una dinámica de poder desigual, lo que genera dependencia emocional y desgasta la autoestima.

Se suma «el afán de control, la tendencia a la posesividad y la falta del respeto a la intimidad y a los espacios y relaciones propias».

Aprender a reconocer estos comportamientos oportunamente es clave para evitar situaciones asfixiantes y difíciles de manejar.

¿Cómo romper con patrones relacionales dañinos?

Cuando somos conscientes de que repetimos patrones relacionales, es importante tomar cartas en el asunto para romper con el ciclo y atraer a la pareja indicada.

Con este propósito, se requiere una combinación de introspección, acción consciente y apoyo adecuado.

Acorde con la doctora Sanz, si «me enamoro siempre del mismo tipo de persona»,

El primer paso para romper con este patrón es el autoconocimiento.

Al comprender qué experiencias del pasado inciden en la manera en que nos vinculamos, es posible reconocer nuestro estilo de apego y cómo estas dinámicas han guiado nuestras elecciones de pareja.

A su vez, es clave contar con una red de respaldo sana y acudir a terapia. Así nos ayudamos a ver las cosas como son en realidad y a desarrollar habilidades que nos permitan identificar los comportamientos tóxicos para tomar acción.

Por último, si deseas dejar de enamorarte del mismo tipo de persona, cambia las ideas que tienes del amor.

Dejar atrás creencias limitantes y expectativas poco realistas es útil para darte el valor que mereces, priorizando tus sentimientos y bienestar por encima de una compañía vacía y superficial.

«Cambiar los patrones de relación requiere el desarrollo de nuevas habilidades de comunicación y afrontamiento.

Esto puede incluir aprender a expresar nuestras necesidades y emociones de manera efectiva, establecer límites saludables y practicar la empatía y la escucha activa».

¡Acaba con los patrones que no te permiten avanzar!

Ahora que conoces algunos factores que estarían impulsándote a buscar el mismo tipo de pareja, es momento de que aprendas de tus experiencias pasadas, valores a la persona en la que te has convertido y no repitas los errores anteriores.

Al dejar atrás los patrones relacionales tóxicos y no enamorarte siempre del mismo tipo de persona, podrás encontrar a quien mereces en tu vida, para escribir una historia sana y sin temores, la cual disfrutes a plenitud.

Mientras tu no sanes como persona y aprendas a valorarte, volverás a repetir esos patrones y atraerás al mismo tipo de persona toxica.

Y para terminar repito este texto.

“Quizá no te hace daño lo que pasa.

Quizá te hace daño lo que esperabas que pasara y no ha pasado.

El poder de las expectativas es inmenso. Cuando esperas algo, ya hay una parte de ti que lo hace cierto.

En tu mente creas una historia, una película, de lo que se supone que tiene que pasar.

Cuando eso no pasa, te sientes mal, te frustras, incluso piensas en ese momento que todo te ha salido mal o bien; ha salido como es, sin más, pero te hace daño porque no es lo que querías.

Es diferente a lo que habías imaginado, pero no está mal; simplemente es.

Recuerda que no te hace daño la realidad; te hace daño lo que creías que iba a ser tu realidad”.

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